GROW A BEARD: Esta peña lleva haciendo canciones sobre dejarse barba desde hace once años, justo ahora que han conseguido ponerla de moda, se retiran con una última gira de despedida con cincuenta conciertos entre Australia y Europa.
Aún recuerdo como hace unos años el bendito buscador de google me llevó a la página web de unos tarados australianos llamados The Beards mientras buscaba camisetas que incrementaran mi fe en el vello facial como carta de presentación. Me encontré con cuatro tipos de Adelaida que llevaban 8 años (ahora once) cantando acerca de barbas, barbudos y vicisitudes ciertamente velludas dentro de un formato rock clásico abriéndose a sonidos funkies o incluso ligeros toques de jazz. Durante estos tres años, no había tenido oportunidad de ir a verlos en directo a pesar de que ya habían girado varias veces por Europa (no por España, como es habitual). Por desgracia, he podido ir a verlos en su gira de despedida, en concreto en su último concierto en Europa, ya que con buen criterio prefieren dejarlo en lo que ellos consideran su cima. Cincuenta conciertos entre Australia y Europa, que se dice pronto, para decir adiós. Dejan como recuerdo 4 discos y un recopilatorio, con alguna versión memorable surcando Youtube (véase Sharp Dressed Man).
Con puntualidad británica (y ante un público algo despistado, ya que plantaron un set de instrumentos para un concierto acústico en la parte frontal del escenario) comenzó a sonar música clásica, tarareada en falsete por el grandísimo frontman Johann Beardraven. Acto seguido, aparecieron los cuatro jinetes del barbocalipsis vestidos con fracs, confirmando que habría una primera parte elegante y con su personal “estilo” en acústico, para más tarde pasar a algo más eléctrico/rústico. Desde la primera nota hicieron ver que esos once años no han sido en balde, ya que sonaron compactos y sin fisuras. En esta primera parte cubrieron temas como “Beard accessory Store”, la ya mencionada “Sharp Dressed Man” y “The beard”, acabando con “No beard, No good”, uno de sus temas más famosos.
Un breve parón de diez minutos y empezó la segunda parte, dando mucha más libertad de movimiento a los músicos, que literalmente no dejaron de interactuar con el público a cada nota con una explosividad tremenda, comiéndose el escenario con cada tema. Desde el más barbudo o barbuda (que se llevaron regalo) hasta el más lampiño (que no se llevó nada) tuvieron la oportunidad de alabar y acariciar las barbas de los profetas cada vez que se acercaban al público. Entre canciones, auténticas disertaciones a cerca de las barbas que dejaban al personal que abarrotaba la sala roto a carcajadas. Afortunadamente, no se guardaron nada y tocaron todos los temas que la gente esperaba incluyendo “Got me a Beard”, “A Wizard needs a Beard”, “This Beard stays”, “Nothing better than a Beard” terminando con “You should consider having sex with a bearded man” e “If your dad doesn´t have a beard, you have two mums” (cuyo videoclip recomiendo ver).
Desde luego, hay muchas cosas que destacaría. En primer lugar, que como músicos son realmente buenos. Saben lo que buscan y lo hacen sin recargar las cosas y cumpliendo con creces. Teclado si hace falta, saxo solo si es requerido y nada de solos interminables. En segundo lugar, que tienen el valor de parar cuando todo parece indicar que podrían seguir mucho más (todo llenos en la gira europea). En tercer lugar, que tienen claro que son un grupo de amigos que se juntaron para pasárselo bien (que es la parte que tiene a olvidarse cuando pasa el tiempo).
Me queda una sensación agridulce, ya que he podido verlos en directo pero no creo que vuelva a ser posible, aunque hoy en día con las redes sociales, change.org, y proyectos kickstarter nunca se sabe (Oskar, para el 30 aniversario?). Confiemos en que esto solo sea un parón para despejar la mente y volver dentro de unos años con más fuerza y la barba más larga.
Crónica por Jaime Gonzalez, fotos por Jaime Gonzalez.