Siempre decimos que nuestra sección de clásicos se encuentra un poco en medio de nuestros gustos personales y de los discos que históricamente consideramos relevantes o incluso indispensables por su influencia. Mandylion cumple las dos condiciones, no sólo se trata de uno de nuestros favoritos de todas las épocas y estilos, si no que su influencia en bandas posteriores es tan enorme que dificilmente puede ser medida. Tal vez junto con el primer álbum de Theatre of Tragedy podríamos hablar del germen de una explosión de bandas de metal con aire gótico con voz femenina al frente y sólo dos años más tarde tendríamos sobre la mesa los debuts de Lacuna Coil, Nightwish y Within Temptation, por poner sólo los ejemplos más capitales. Y si bien es probable que ellas y muchas ya viniesen forjando sus propias ideas, y que ha habido mujeres al frente de bandas importantes desde los inicios del rock también es indudable que el Anneke y Liv jugaron un papel fundamental para allanar el camino hasta la situación en la que nos encontramos ahora.
Y sin embargo, Mandylion y The Gathering fueron muy distintos a mucho de lo que vino después… Yo conocí a The Gathering con su primer disco, en el coche del bajista de mi primera banda a principios de los noventa, nosotros estábamos flipando con Guns N’ Roses, Aerosmith y poco más y el tío nos aturdía con Konkhra, At the Gates, Carcass, Paradise Lost, Amorphis, Anathema y The Gathering, lo que llamábamos, englobando “La música del coche de Paco”. Pasaron algunos años hasta que mi oído adolescente (previa dilatación vía Pantera) se fue adaptando a sonidos más duros, y entonces un día me puse a buscar todas aquellas bandas… Cuando encontré a The Gathering, no entendía nada, (no había internet, recordad), no sabía si eran otro grupo que se llamaba igual, si se habían cruzado dos nombres en mi cabeza o qué coño había pasado… pero sabía que estos otros, en los que cantaba Anneke también me gustaban, y mucho.
Ahora con la perspectiva os puedo decir que sin Always es dificil entender Mandylion. El debut es un álbum redondo en si mismo, con fuertes raices en el género del Doom Death Metal que estaba germinando en ese momento y un original uso del teclado. Bart (Cantante) se marchó por diferencias musicales y siguió explorando una vía oscura pero más Electro/Dark Wave, con su banda Wish en la que parece querer acercarse a Brendan Perry. No es dificil darse cuenta de los puntos en comun y las diferencias entre sus caminos al escuchar Almost a Dance. The Gathering ya estaban buscando una vía más progresiva que les permitiese incluir muchas más influencias y sonidos, y aunque ese disco fue un fiasco por que su nuevo cantante Niels Duffhuës no dio la talla, sí que sirvió a The Gathering para abrir definitivamente la vía de la experimentación. (Por cierto, nunca he conseguido escuchar a la siguiente banda de Niels, “Enos”, ni sus discos en solitario para saber si mejoró como cantante o si con más producción se le podía sacar más partido a su voz).
Es en este momento cuando los caminos de The Gathering y Anneke se cruzan. Ella lleva cantando desde los siete años, ganó algún concurso infantil y se unió al coro de su colegio, luego recibió clases y estuvo en varias bandas de diversos estilos, en el momentos de unirse a TG anda cantando Jazz, Folk, Funk y Blues, tiene 21 años, más o menos lo mismo que el resto del grupo, lo que significa que empezaron a grabar demos con unos 18.
The Gathering venían experimentando con las voces femeninas desde su primer disco. En Always incluyen segundas voces a cargo de Marike Groot y en Almost a Dance con Martine van Loon, pero lo de Anneke es un choque de trenes. Ambos talentos se unen y se produce la obra maestra que conocemos como Mandylion
Cuando el pasado verano tuvimos la oportunidad de charlar con René Rutten para presentar su nueva banda Habitants, no habló de que los grupos que escuchaba en aquel momento y se fue encontrando poco después por el camino. El abanico va desde Dead Can Dance o Cocteau Twins hasta Clannad, Slowdive o Alban Berg, sabemos por otras entrevistas que el mejunje también incluye a Pink Floyd o Massive Attack, y sabemos, claro, la influencia de Celtic Frost y toda la corriente posterior de grupos Death Doom (Tienen grabada una versión de Dethroned Emperor), sin embargo en la letra de Strange Machines se afirman como fans del grupo Funk Rufus o del pianista de Jazz y musicales George Gershwin, sin ningún complejo. Osea, Folk, Progresivo, Metal, Post Punk, Shoegaze… basta una escucha a los temas “Mandylion” y “Sand and Mercury” para darse cuenta de que las influencias y aspiraciones de The Gathering iban mucho más allá de las que se presuponen a una banda de metal. Así que con todo eso en la cabeza, y su indudable suma de talentos y ganas de aportar y no copiar, surge un disco Melancólico, doom, ambiental y algo prog sobre el que destaca la voz de Anneke en unos registros y con una sensibilidad en la voz que puso los pelos de punta a toda una generación. Con buenísimos aciertos de las melodías vocales, una base densa y oscura y teclados que brillan dando distinción a cada tema, compositivamente mucho más redondo que su antecesor, pero sin perder las ganas de viajar y no hacer temas con estructuras previsibles. Con el tiempo es difícil destacar canciones, porque todas se han convertido en clásicos.
Observando el libreto y prestando atención a las letras podemos ser conscientes de cómo se mezclan temáticas que hacen referencia a la naturaleza y al ser humano, sobre la ansiedad y el asombro ante la infinidad del tiempo, el paso de la historia y la muerte, sobre las relaciones interpersonales el dolor y el abandono.
Como notas curiosas podemos decir que la portada es un guiño directo a la del primero de Dead can Dance, que su título hace referencia a una reliquia religiosa llamada “El Lienzo de Edesa” que es un sudario en el que la leyenda cuenta que se habría impreso de manera milagrosa el rostro de Cristo. Que Strange Machines lleva un trocito de La Máquina del Tiempo de George Pal sobre el relato de H.G. Wells, y que a quien se oye leer al final de Sand and Mercury es a J.R.R. Tolkien citando a Simone de Beauvoir como explicación y fuente de inspiración para El Señor de los Anillos “No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida”. Este tema, fue por cierto, una de las primeras sintonías de Noche de Rock.