Noche Variada: Noche especial en el Arena, de un lado el regreso a los escenarios de The Last Monkey, de otro la primera visita a Cantabria de Los Carniceros del Norte
Variada y divertida velada la que nos ofrecieron The Last Monkey y Carniceros del Norte el pasado viernes en el Arena. Rock ecléctico y potente por un lado y post-punk espídico y kitsch por el otro.
The Last Monkey estrenaban baterista (el gran Fernando, también de Terminal Disease y Lunj) y reestrenaban cantante, pues María volvía después de un tiempo convaleciente. También presentaron un par de temas nuevos (muy oportunamente marcados en el set list como la nueva). Si tuviera que nombrar a algún grupo para intentar comparar estilo, podría ser Incubus, o incluso algo de Faith No More. Como puntos álgidos del concierto, uno de sus “singles” Dancing Souls, y los dos últimos temas, Bag Of Bricks, con un largo e interesante desarrollo instrumental y la punky The Whore. Además tuvieron un buen sonido, que hizo posible distinguir los variados arreglos de las guitarras y el trabajo de Óskar al bajo, mientras que Fer y María cumplían a la perfección con sus deberes (bailecitos y poses de María incluidas). Un concierto que nos dejó con ganas de más, y sobre todo con curiosidad por verlos en un escenario más grande, tipo festival, para comprobar cómo funciona su propuesta. Seguro que muy pronto lo vemos.
Por su parte, los Carniceros del Norte nos dieron la dosis de anfetaminas de la noche, y un buen puñado de referencias cinéfilas de prácticamente todos los estilos del cine de terror. Una especie de “super grupo” siniestro-post-punk, la banda está formada por miembros de grupos tan relevantes en la escena siniestra española como La Casa Usher, Naughty Zombies o Paralítikos, y en su disco debut, 13 Puñaladas, hacen un homenaje global al cine de terror, dedicando cada uno de los temas a una peli distinta, desde el Gabinete del Doctor Caligari hasta Posesión Infernal, pasando por La Mujer Pantera, Nosferatu, El Resplandor… Además, en el concierto versionaron a Parálisis Permanente y su Un Día en Texas. Fue un concierto frenético y sin tregua, en parte por su método de trabajo en directo; disparan con un portátil las bases de ritmos, que acompañan con proyecciones de la película en cuestión, lo cual hace que por un lado la actuación esté milimétricamente controlada, y que por otro la puesta en escena sea espectacular, sobre un fondo de imágenes de pesadilla, con los tres músicos dándolo todo en escena, especialmente Txarly, su veterano frontman. Como pega sólo se les podría poner que es posible que la propuesta se agote en el futuro, por vista, pero como ejercicio de estilo y concepto, resulta impecable.
Crónica por Absento, fotos por Arantxa Cobo.