Cuando salió el Gallus todo mi grupo de amigos tenía cerca de quince años, y acabábamos, como quien dice, de aterrizar en el ROCK, todo nos estaba llegando a la vez; los grandes clásicos desde Helloween a Deep Purple y la música que salía por la tele, Aerosmith, Guns N’ Roses, Nirvana, Alice in Chains, Green Day… Gun. Menudo discazo aquel! Enseguida alguien consiguió Taking on the World y nos lo copió en una TDK. Después llegó Swagger y siguieron siendo una de nuestras bandas favoritas hasta el desastroso 0141 632 6326 de 1997. Imagínate mi cara cuando Javi Palacios me contó que venían a Santander. Se me saltaban las lágrimas. No sólo por poder ver a una de mis bandas favoritas de mi primera juventud a pocos metros de distancia, si no por la posibilidad que se va abriendo de conseguir que el ES sea parada de giras cada vez más importantes.
Como conozco bien a todos los de The Northern Rocket desde hace muchos años, se que esta oportunidad de bolo les ha tenido que hacer mucha ilusión. Gun vienen en toda la gira actuando en solitario, y por lo que he podido ver en el resto de las fechas tampoco se ha añadido banda local. La opción de utilizar en la misma noche el Escenario Club y el grande facilita indudablemente la producción, porque puedes sonorizar sin tener que mover nada, y puede allanar el camino para tener a bandas de aquí actuando cuando los de fuera no quieren compartir sus juguetes o el trasiego de managers y contratos dificulte lo que debería ser obvio. Se podría hacer, incluso un cambio inmediato de escenario, como en los festis, si no fuese porque los quince minutos de margen alientan a la gente a tomarse unas birras y todo suma para hacer rentable una gira. Además, es cierto que da una visión muy espectacular de la sala, con dos espacios distintos y la utilización a lo largo y ancho.
Pese a todo lo expuesto, no me gusta. Para los que vemos a las bandas de aquí cada día, no es muy importante, porque ya sabemos como suenan y lo que ofrecen. Pero para quién se las encuentra por primera vez la sensación es de “banda pequeña” / “banda grande” y todas las inercias de “cabezas de cartel” y “teloneros” van inherentes a la cantidad de focos que hay en el escenario, es inevitable. Una buena parte del público disfrutó por igual de unos y otros, pero algunos pocos prefirieron coger sitio cerca de la valla. Me hubiese gustado ver a mis amigos en el principal, con todo el público de frente, aprovechando el escenario más grande de la capital en una fecha tan gorda. También me hizo gracia la situación, porque recordé cuando en el 97 gran parte del público pasó del culo de GUN mientras esperaban a Bon Jovi, y a mi me pareció indignante. Las canciones, las de Northern, las de Gun, las de Bon Jovi, puestas en paralelo son igualmente buenas, otra cosa es el calado social, el apego a las vivencias, el recuerdo idealizado y la memoria colectiva.
Dicho esto, la verdad es que no nos restó nada de disfrute. Vivimos el concierto de The Northern Rocket con mucha alegría. Llevan toda la vida en el escenario con unas y otras formaciones que se han sucedido y se nota en la solvencia y la soltura con la que ejecutan, con total tranquilidad.
Ahí adelante estaba media Torrelavega, representando, y respaldando. A lo mejor a alguien le sorprendió ver a Fer (Electro L / King Size Co.) sustituyendo a Chachi. La explicación es sencilla, había concierto cerrado de Green River Tribute cuando surgió esto y tiraron del círculo cercano para poder tocar, (paradógicamente Chachi entró en su día a KSC para sustituir a Fer). Fer tiene esta forma de hacer música tan tatuada, que se colgó la guitarra y ya se las sabía.
El cuento del Muflón ya tiene cuatro años y el sucesor está en camino, aunque aun se guardan las canciones nuevas y prefirieron disparar temazo tras temazo durante su media hora larga. Disparos certeros que dejaron todo bien caldeado, e incluso los que estaban allá lejos en la valla acabaron girando la cabeza con curiosidad. No montaron merch; un error, porque creo que alguno de los que los descubrió en ese momento se hubiese llevado un disco de recuerdo.
Hablaba antes del desastroso álbum del 97 que supuso el fin de Gun. Tal vez Swagger había dado un pasito más comercial pero era muy coherente, su sucesor les alejaba del rock e intentaba una producción pop pseudoelectrónica, a cargo del teclista de INXS, que les dejaba a medio camino de todo. Hace mil años que no me lo pongo, pero creo recordar que había un par de temas rescatables, siendo benévolo.
El anuncio de este concierto fue a la vez, para mi, la primera noticia de que habían vuelto a tocar. Luego ya me he enterado de la vuelta paulatina, con el Calton Brothers revisando sus clásicos, el bajista pasando a la voz y toda la pesca. De primeras fue como un jarro de agua fría, vale, que vienen Gun pero han cambiado de cantante, pero de segundas salió Hombres y me quedó claro que no quieren vivir de las rentas, porque se han marcado un disco como la copa de un pino.
El show mezcla sin problemas canciones de una y otra época y las nuevas son tan celebradas como los clásicos. Claro, es muy emocionante volver a escuchar Better Days, Steal Your Fire, Word Up! o Don’t Say its Over, pero la gente se cantó All Fired Up sin arquear la ceja. La banda rueda como rodaba, y aunque Dante iba un pelín justo de voz en las más viejas, los coros del bajista lo arropaban con mucho mimo. También es cierto que se están metiendo ocho conciertos en nueve días y al final pasa factura. Se mostró muy cercano, incluso dirigiéndose al público con sus recién aprendidas palabras en Español “Queso” “Jamón”, “Monta aquí y da pedales”. Se despidieron con un cover del Fight for Your Right de Beasty Boys, que nosotros cantamos con la letra de Def Con Dos y dejó un poso de muy buen ambiente y energía compartida.
Texto: Oskar Sánchez
Fotos: Paloma Matías
Foto Setlist: Manolo Rockcity
Vídeos: Oskar Sánchez