HABRÁ OCTAVA: Dardem visitan Cantabria dentro de su gira de presentación de La Brecha y lo hacen acompañados de una de las propuestas más personales que tenemos por estas tierras The Spanish Peasant, con nueva formación y ya pensando en su cuarto disco.
Estuvimos echando cuentas justo antes del concierto y llegamos a la conclusión de que con esta han sido siete las veces que hemos colaborado en traer a Dardem a Cantabria desde que les conocimos en el año 2008. Esta relación que hemos forjado con los años es fruto de tres variables, la primera su asombrosa capacidad de trabajo y lucha por conseguir hacer la banda funcionar, su continua capacidad para arriesgarse a venir una y otra vez sabiendo que a duras penas van a cubrir los costes y su visión a largo plazo, confiando en dar el callo de manera continua, disfrutando del camino y sin obsesionarse con recolectar grandes frutos antes de tiempo; la segunda intrínsecamente unida a la primera es su calidad humana y sencillez que sigue transformando y solidificando este vete y ven en una de esas amistades que te encuentras sin haber buscado; la tercera es el crecimiento exponencial a nivel musical que les convierte en una solidísima propuesta en directo que suele dividir al público en dos bloques, los que salen encantados autonombrándose seguidores y los que se declaran lejos de su estilo musical pero reconocen que van como un bloque sin ningún tipo de fisura.
Comentaba en el camerino con parte de The Spanish Peasant que hace ya mucho tiempo que tomé la determinación de intentar no trabajar con gente idiota. Alguien me contestó que no es tan fácil cumplir con esa premisa. Es cierto, pero también es cierto que nosotros no somos promotores de conciertos y que por nuestra nula intención de llenarnos los bolsillos podemos elegir, así que elegimos a gente de bien. En este caso fue sencillo porque hemos caminado junto a The Spanish Peasant durante demasiado tiempo ya como para saber que al designarles como acompañantes para Dardem nos estábamos asegurando, además de un buen concierto, un camino liso y libre de problemas. Así fue, desde el segundo uno sólo tuvimos que sentarnos a observar a dos grandes y profesionales bandas hacer su trabajo sin una mala palabra o un mal gesto. En el mejor de los sentidos sentimos que no hacíamos falta allí.
Pese a que la prueba fluyó sin mayor problema The Spanish Peasant tuvieron que lidiar con un canal ruidoso durante algo así como el primer cuarto de hora de su concierto. Sin duda ese arranque en falso no lo deslució; la evidencia de ello fue que según iban pasando las canciones más y más gente se acercaba a comprar sus discos. El punto álgido del concierto probablemente fue la energética For the Good Times, que a pesar de mantener cierta cadencia algo tristona que acompaña al grupo es un revulsivo que nos empuja a celebrar las cosas buenas de la vida, aunque a veces no abunden o sean pequeñas.
Hacía ya una temporadilla que no les veía en directo y en este tiempo han sufrido algunos cambios de formación. Ahora mismo funcionan como quinteto en el que el nucleo duro sigue dependiendo de Javi y Gema con Santi Buil como batería, Nicolás Rodriguez en las guitarras, bajos y banjos y David G. Estebanez en teclados, bajos y coros. Lo más curioso del concierto, para mi, fue ver como algunos de los temas que ya conocíamos han ido modificándose y adaptándose en arreglos a esta nueva situación.
El sorpresón de la noche nos le dió una versión del White Rabbit de Jefferson Airplane, que nos hizo sospechar que David ya ha empezado a ejercer su maligna influencia sobre el grupo (aunque a lo mejor me equivoco y esto ya venía de antes). La sensación final fue que pese a todos los cambios sufridos han conseguido renacer y seguramente el cuarto disco ya comienza a dibujarse en el horizonte.
Si en el primer párrafo ya os hablaba del escalón que ha supuesto La Brecha para Dardem, su directo no hizo nada más que confirmar lo que ya sospechábamos. En el álbum han hecho un ejercicio de poda que ha limado las canciones hasta desprenderlas de cualquier titubeo. El directo es igual, desde el principio hasta el fin es un golpe desde su propia médula. Las nuevas y viejas canciones encajan en un puzle irrompible que sólo da un pequeño respiro en una fragil y emocionante versión desnuda de La Noche de San Juan en la que la voz de Pepe brilla en su punto máximo. A veces tiene uno la sensación de que están a punto de estallar a nivel masivo, probablemente no lo harán, pero sin duda no será por su culpa.
Cualquiera que haya montado un concierto sabe que es un curro importante, pero que cuando las cosas salen bien todo merece la pena y vuelves a casa con una gran sonrisa. A veces tras montar una de estas se vuelve a casa con la intención de no repetir en un tiempo, otras, como esta, de volver a empezar de nuevo mañana mismo.
Sólo podemos tener palabras de agradecimiento para las bandas, el público, Javi, Bossu y Pim de El Café de Noa, ahora Sala Cantabria y Mabel y Coral que se echaron adelante para colaborar en todo lo que hizo falta.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por Coral Bárcena.