Unquera sigue consolidándose como una importante parada para el circuito underground. Un lugar en el que poder organizar, desde abajo, veladas tan interesantes como la de anoche. Trabajo organizativo de base, con gente implicada en la música que no busca otro beneficio más allá de la reunión cultural y la comunicación entre bandas y público.
El patio de los bancos estaba ya lleno a eso de las siete de la tarde. El concierto se retrasó alrededor de media hora por un problema de acoples que no se acababa de solucionar, lo que terminó pasando factura, ya que las bandas tuvieron que quitar algún tema de su repertorio para poder acabar a las diez como estaba pactado.
De hecho el concierto de Tifer sufrió un poco en el tema de voces, que no acabaron de sonar compensadas en toda la actuación. Sin embargo, y pese a eso, su concierto fue muy enérgico y bien recibido por el MUCHO público que se había congregado. Creo que son de San Vicente de la Barquera, así que supongo que la cercanía les ha ayudado a arrastrar esa cantidad de gente.
Les vimos en el New hace unos meses y la progresión es importante. Aquél concierto ya nos gustó, pero ahora han incorporado a David (Hate in Veins…) al bajo, y dan una sensación más potente y completa. La labor de Carlitos como hombre al frente es muy impactante, transmitiendo los mensajes con violencia y contundencia, hay buen trabajo de guitarras, con buena rítmica y atención a los detalles y como digo, la base de batería y bajo suena ahora que espatarra.
Junto a los temas de su primer disco de 2010, presentaban también los de el recién editado Odio, que ya puedes encontrar en su bandcamp y en Spotify.
Teníamos muchísimas ganas de volver a ver a God’s Funeral tras su conciertazo de hace EXACTAMENTE un año en Ítaca, junto a Sekta. Se presentaban en esta ocasión a trío, con las pistas de violín disparadas, por imposibilidad de Nuria de acompañarles en este viaje. Sin embargo eso no les restó nada de intensidad, resultando su actuación densa como el aceite para el motor de un camión.
Como el cartel de la tarde / noche, había quedado montado con dos grupos acelerados y unos que arrastran los riffs al inframundo, el público reaccionó de manera desigual. Creo para mucha gente podía ser su primer concierto de Doom, y estoy seguro de que para unos cuantos fue una experiencia extraña y casi incomprensible. La otra mitad nos enganchamos al ritual, y se nos distinguía bien por el lento bamboleo de cervicales. A mi me pareció un bolo maravilloso.
God’s Funeral presentaban también material nuevo, ya que en estos días se publica su Split junto a Bocc que ya hemos escuchado en estas semanas en el programa, y a no mucho tardar también tendremos en la mano su primer disco completo.
De nuevo con el pie en el acelerador nos encontramos con Chamako Wey, una banda que se mueve cerca del Groove Metal, con tintes de distintos estilos aquí y allá. Son muy también muy enérgicos y rítmicos, y su cantante invade el espacio del público sin dejarte oportunidad de quedarte fuera de la historia. Los temas de Pendejos Fronterizos ganan mucho en directo y el combo ganador de versiones de Fear Factory y Brujería con el que ponen el broche dejó todo tan arriba que a la gente le costó un buen rato abandonar las instalaciones de los bancos. Si tenéis pensado pasar por el Vidiago, os recomiendo no perderos su concierto.
Tras la mítica hamburguesa en el Tucán, estábamos de vuelta en casa antes de que la carroza se convirtiese en calabaza. Es un planazo lo de los Bancos. Ojalá nos dure muchos años.