Un martes y dentro de las fiestas de La Patrona de la capital del Besaya, la ciudad recuperaba el Torrelavega Soundcity tras el paréntesis pandémico que supuso el 2020. La vuelta del festival suponía todo un reto, al tener que adaptar el formato a las restricciones sanitarias todavía vigentes por lo que, además del tema de sillas, mascarillas y demás, nos encontramos con una edición compuesta por 5 días consecutivos de conciertos a dos bandas por jornada y con una nueva localización, los jardines del CN Foto. Aparte de lo vistoso de la ubicación con el escenario abriéndose paso entre la arboleda, para los lugareños tenía un punto extra de nostalgia, al contemplar como durante unos días la música volvía a la antigua Casa de la Música, el hervidero donde tantas bandas locales se cocinaron. Muchas cosas nuevas que manejar y muchos alicientes para una semana muy interesante.
El honor de abrir este ciclo correspondió a los torrelaveguenses Stone House Syndicate. Grupo de factura reciente formada de viejos conocidos del municipio y alrededores, con orígenes tan variopintos como King Size Co., La Chica & La Grande o 400 Golpes. Tuve el placer de verlos tocar hace un tiempo junto a Los Tupper en concierto de garito, en el que si no recuerdo mal fue su debut, y me alegró ver que tenían esta oportunidad de arrancar de nuevo tras parar su evolución por las consecuencias sanitarias.
Salieron con muchas ganas, literalmente dando palmas para contagiar al público en su entrada, aunque quizá un poco nerviosos y revolucionados. El inicio era un poco duro, con el público aún escaso que se estaba acercando a sus sillas, pero poco a poco fueron cogiendo calor según los asistentes iban llegando, hasta tener momentos de gran intensidad en finales alargados de canciones con solos muy enérgicos que reflejan el espíritu del grupo al más puro estilo descarado de Velvet Revolver, con Adam metiéndose en la piel del mismísimo Scott Weiland. Memorable el detalle de incluir en su reportorio la vuelta de tuerca de “Family Troubles”, tema parido de los extintos Electro-L que llegó a sonar en su metamorfosis a King Size Co., bandas muy ligadas a miembros de los propios Stone House Syndicate. Espero que este concierto les sirva como empujón, porque pueden ofrecer cosas muy interesantes.
Ya con el público prácticamente sentado en su totalidad, llegó el turno de Derby Motoretas’s Burrito Cachimba. La banda que muchos conocíamos por la extrema longitud de su nombre, algunas escuchas desde Radio 3 y las similitudes con Triana. Ciertas personas que ya los habían catado en directo insistían en la importancia de verlos en vivo para apreciar al grupo más allá de los parecidos a sus orígenes, y no se equivocaban. El concierto captó la atención de los presentes desde el primer minuto, contando que aglutinaban a fans y curiosos, con bastante peso de los segundos.
No tardaron en descargar “El Valle”, uno de los temas que más han sonado en las ondas y a partir de ahí se vio a una formación supermetida en el concierto, totalmente concentrada y transmitiendo muy buenas vibraciones. Tienen un concepto de concierto global muy claro, y el show tiene momentos muy diversos que lo hacen francamente dinámico, como la introducción de “Gitana” en la que se quedan guitarra y voz solos en el escenario sobre unas banquetas y acompañados por un efecto de sonido tipo vinilo retro, para explotar posteriormente con toda la banda a la entrada del riff principal. Las teclas y los samples están metidos con mucho gusto, sin convertir el ambiente en una mera discoteca, pero actualizando a la vez el sonido. A destacar también la voz de Dandy Piranha, que no flojeó en ningún momento y que mantiene constantemente el aura de los Burrito, que supieron ganarse a los torrelaveguenses, dejando un trocito de Andalucía en Cantabria.
En el segundo día del Soundcity, la lluvia amenazaba con arruinar una noche muy esperada para los fans de Los Deltonos ,lo cual no impidió una afluencia notable de público para ver a un solo grupo. Y es que había mucha expectación por ver el estreno en Torrelavega de la nueva formación, tras la salida de Pablo Z y Fernando Macaya.
Hendrik Röver , a la guitarra y voz, junto a Javier Arias, a la batería , y Sergio Rodríguez a el bajo, que ya había formado parte de la banda hace unos años, se encargaron de demostrarnos de lo que son capaces.
Unas 300 personas que merodeábamos antes por los bares de los alrededores del CN Fotos , nos ocupamos de arropar a la banda que desgranó un repertorio plagado de hits, como “Soy un hombre enfermo”, “Gasolina”… Junto con canciones menos habituales dentro de su denso repertorio. Tampoco faltó “Brindemos ”, cuyo estribillo (pues si hay que brindar, brindemos, y si hay que llorar, también. Recordamos amigos ausentes que sigan bien.) hizo pensar a más de uno que podía tratarse de un sentido homenaje o de la sorna característica del de Muriedas.
Suspicacias aparte, nos hicieron vibrar , aunque fuese sentados , con el resto de sus clásicos ,demostrando después de más de 30 años en la carretera que aún tiene mucho que decir.
El jueves abrieron el Soundcity los vecinos de Los Planetas, Unidad y Armonía, formada por: Miguel Martín a las voces, Carlos marqués a los coros y teclados, Popi González a la batería, Toni Jiménez a la guitarra, Julián Méndez al bajo, Roberto Escudero a la percusión. Aunque muchos esperábamos a una banda local, “Los portugueses” acertaron con esta banda joven para calentar el ambiente, con su pop-rock psicodélico. Hace un par de meses que sacaron su último trabajo, “Un verano invencible”.
El plato fuerte de la noche lo protagonizaron la banda de Maika Makovski. Fueron muchos los que me hablaron maravillas de la banda mallorquina, aunque cada uno tenía su noche favorita ya que lo que mola del Soundcity es la variedad de géneros que puedes ver cada día, muchos coincidían en que ese directo no te lo podías perder por nada del mundo, mundial. La banda cuenta con ocho trabajos en el mercado, no dejando de descansar ni dos años para sacar el siguiente y eso dice mucho de un grupo, ya que estamos en una época en la que consumimos mucha música y si te estás demasiado tiempo, corres el riesgo de que la peña “se despiste” y vaya a por otras cosas. El ultimísimo se llama “MKMK”, cuya portada ha hecho las delicias de los aficionados a la fotografía.
Otra cosa que me gusta mucho de la banda (además de su estética, ¡ou yeah!), es que no tienen dos discos, ni dos canciones igual. En casita me escuché varias canciones para saber de qué iba “La chavala”, me hice una idea de lo que iba a ver pero luego en el concierto……….¡Flipé!. Se marcaron uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida, en la que alternaron pop, rock, electrónica, sonidos setenteros, noventeros, ¡la ostia!. Además de lo llamativo de que los miembros de la banda fueran rotando, intercambiando instrumentos, coros, etc. Porque somos gente disciplinada, pero fue un concierto de los de bailar y brincar de principio a fin. Gracias portugueses, vaya regalo nos habéis hecho con esta peña.
El viernes era el turno de Sidecars, banda madrileña inmersa en la gira de presentación de su último disco “Ruido de Fondo”. Había soldout y se notaba en el ambiente que había en los bares aledaños al recinto.
Puntualmente se subieron al escenario a abrir Teira & Elguero, piano, guitarra acústica, y dos voces pero sonando aquello lleno como si fueran una banda completa. Como bien nos explicó Teira, son dos amigos que tienen sus movidas personales (V.E.A. y Víctor Teira, os recomendamos echarles una oida!) pero que de vez en cuando se juntan para hacer bolos conjuntos. Sonaron tanto versiones como temas propios, haciendo su papel de teloneros a la perfección y dejando un muy buen sabor de boca.
Y llegaba el turno de Sidecars, una banda que personalmente me gustan mucho y cada vez que los veo flipo, porque no paran de crecer y crecer. Es flipante ver a gente que has visto abriendo a las 18:30 de la tarde a la solana para 50 personas, o en una sala pequeña para 100 personas hacer ahora soldout cada vez que vienen por aquí. Son la clara motivación y ejemplo de que con curro, kilómetros y a base de tocar y tocar se puede llegar a lo que la gran mayoría de músicos deseamos.
Empezaron con un concierto de más a menos, con Gerbass y Pere sentados, la banda más reposada y Juancho con acústica para ir subiendo de intensidad a medida que pasaban los temas. Otra cosa que me mola mucho de esta banda de siempre es recibir esa complicidad que tienen entre ellos. Lo desprenden y se nota por las miradas y gestos que se lanzan y eso mola muchísimo. Sonaron temas de casi todos sus discos durante casi dos horas como “Mundo imperfecto”, “Dinamita”, “Contra las cuerdas”, “Fan de ti” entre muchos otros.
Todo el mundo salió con un sabor de boca estupendo, se comentaba de camino a Torrelavega el buen bolo que habíamos presenciado, el buen rollo que había habido y la estupenda organización que el soundcity había llevado a cabo.
La recta final del SoundCity, estaba reservada para los amantes de la psicodelia y los medios tiempos, aunque en realidad ninguna de las bandas llevaba bateristas.
Con el aforo todavía por completarse , abrió la alemana Fee Reega, afincada en Asturias desde hace varios años , ya tuvimos la ocasión de verla en Torrelavega en el Musli, junto a Javier Bejarano a la guitarra/arpa. Lograron atraparnos con un sonido atmosférico con influencias que recordaban lo mismo a Syd Barrett que a el folk del norte de la Península. Sin dejar atrás en su repertorio a el indie español. Cerró su concierto con la emocionante canción compuesta por de Nacho Vegas, “Mi novio es bobo”, que en su día interpretaron juntos.
Con el aforo ya completo, llegaba el momento de Los Planetas, que en esta ocasión se presentaban en Torrelavega en formato trio, y sin el batería de siempre Eric Jiménez. Teníamos mucha expectación por escuchar a los granadinos con su nueva vuelta de tuerca, ya que en el SoundCity de hace dos años pudimos ver un concierto marca de la casa. Subieron a el escenario , con cierto retraso, Floren(guitarra), J (voz y guitarra) y David Montañés ( piano) y cuando sonaron los primeros acordes de “Islamabad” quedó claro que era noche de rock hipnótico, de medios tiempos y de psicodelia.
En la misma línea siguieron desgranando otros éxitos como “Santos que yo te pinté” o la más sorprendente en este formato “Segundo premio”, seguidas de otras tantas mucho menos habituales e incluso canciones nuevas, o que al menos muchos no conocíamos. Acercándose a un final más denso todavía, la mayoría seguimos clavados a nuestros asientos hasta el último acorde que sonó de “Los Poetas”, canción con la que cerraron el concierto. La gente curranta y encantadora de Rubor postcoital, estuvieron pinchando música para todos nosotros, para finalizar un gran edición del Soundcity.
Texto: Juanma Pinto, Francis Lost, Míkel Marina, Álex Kennedy.
Fotos: Desiré Pereda y Enrique Gutiérrez Aragón.
Vídeos: Míkel Marina, Juanjo Martínez, Álex Kennedy, Juanma Pinto.