4 años habían pasado desde que pisé por primera vez el suelo de Trespaderne y la sensación que he vivido estos dos días ha sido la misma; un festival pequeño pero en el que te sientes cómo en casa, perfecto para quienes buscan algo intermedio entre un macro-festival y un concierto en sala pequeña, en un entorno tan bonito como es la Sierra de la Tesla, en las Merindades. Y qué mejor que volver este año, viendo un ambicioso cartel que cómo iré contando, no defraudó para nada.
¡Al lío!. A pesar de que el tiempo augurase convertirlo todo en un embalse con agua bien fresquita, el grupo de punk rock de Portugalete “Desorden”, se encargó de empezar a calentar el ambiente. Era la primera vez que veía a estos jóvenes en directo, y la fuerza que transmite Iratxe, vocalista del grupo, contagió a esos primeros animados y animadas que se acercaron al recinto.
A continuación, el escenario se llenó con 10 músicos tocando Ska-Reggae-Punk-Gypsy-Party, que más bien parecían sacados de los Balcanes profundos, pero no, sorprendentemente venían de la fría ciudad de Estocolmo y el “metal” que caracteriza este país, se dejó escuchar en las dos percusiones, trompeta y trombón que contagiaban un movimiento de cadera pegadizo. “Ska’n’ska” consiguió además que el público hiciese una macro-conga al ritmo de la canción del Mariachi, ¿para qué más? Un aplauso a estos hermanos del norte.
“The Birra´s terror”, llegó y se fue a la misma velocidad que sus letras irónicas, cargadas de mensajes claros y directos. Porque el punk, también es diversión, y no solo por ese disfraz de payaso-joker-loquesea que recuerda a Lorenzo “El Noi” o a los actuales “Mafalda”, sino también por los balones de playa que volaban desde el escenario al ritmo de “soy ecologista pero voy a por el pan en coche” o “no más camisetas de los Ramones” (alguien tenía que decirlo ya).
Cambiando un poco de tercio musical, “Lágrimas de sangre” con su rap desde Cataluña, trajo un buen rollo contagioso tocando varios temas de sus tres discos. Muchos desconfiados en que este grupo iba a pegar bajón de ánimos entre tanto punk, pero nada de eso, se vinieron arriba con “Voy a celebrarlo”, canción que junto con “Quemar el mar” o “Cuando sale el sol” hizo que la gente saltase y corease las letras con una sonrisa en la cara. El concierto (desde mi punto de vista en este inabarcable mundo del rap que es un sendero que no he caminado nunca) se me hizo corto, teniendo en cuenta además, que hay canciones como “Buen viaje” que duran 5 minutos. Así que como ellos dicen; “La vida ha puesto alta la música… Y hemos venido a bailar”.
Y llegaron los corsarios del Cantábrico con su punk-rock agresivo, uno de los grupos con más hype de este día del festival. “Karne Cruda” llegaron incombustibles, gritando con mucho ruido, bourbon (o kalimotxo para algunos) y perversión. A pesar de que al principio el sonido no fuese muy bueno, Efrén, el cantante, transmitió una fuerza brutal que hizo que los allí presentes fueramos “la Resistencia” bajo la lluvia y, bailando en ese suelo resbaladizo que hizo a más de uno volar en los pogos. Con “Odioso” y “Eterna juventud” se vio un público fiel y seguidor, que no hace más que confirmar que en la escena estatal, son potentes y seguirán creciendo más y más.
Para cerrar esta jornada, “Radiocrimen”, que una vez más no defraudaron y cerraron la noche dejando a la gente por todo lo alto. Sobrada experiencia sobre las tablas y conexión total con un público que no quería moverse de la plaza a pesar de quedar todavía un día de festival por delante.
SÁBADO 27 DE JULIO
Aunque el cielo amaneciese encapotado y con una lluvia un tanto pesada, los astros soleados decidieron alinearse por momentos y pudimos disfrutar de “Los del Humo”, que tocando en casa, ofrecieron su rock dinámico para ir abriendo boca al resto de la jornada que se avecinaba.
Y seguimos por “SHÖCK”, que fue una de mis principales motivaciones para venir a este festival y poder verles por primera vez en directo. Y es que cuando los grupos tratan temáticas ecologistas/animalistas me tienen ganada. “Girls to the front” como lema… y tanto, Micky Paiano mostró la experiencia sobrada que lleva tras años de vida en el punk-rock, acompañada de los también experimentados guitarra, batería y bajo. Tímidamente me fui colocando en primera fila para corear con ganas “La fábrica de los suicidas”, “Sexta extinción”, “No hay paz” y “Holocausto”. Como mini-fallito (por decir algo)… no tocar “Devadasi”, ese tema tan potente dedicado a las niñas y mujeres de la India que son explotadas y vendidas sexualmente. Un fallo consentido para tener la excusa de volverles a ver.
Con “Desakato” son ya muchos años de experiencia viéndoles sobre el escenario y una vez más vuelven a poner al público patas arriba, el huracán asturiano acompañado de lluvia persistente, no impidió gritar los ya míticos temas “Animales hambrientos”, “La Tormenta” o “Cuando salga el sol”. Mención especial a “La cura” tema de su último disco “Antártida” en el que hacen ese llamamiento al despertar conciencias frente a la destrucción planetaria y climática, tema que estuvo acompañado como atrezzo festivalero, de bengalas de color rojo, dando fuerza no sólo a la voz gutural de Pepo, sino también al ambiente con un público totalmente entregado. Si tengo que sacar un pero, aun a sabiendas que no lo iban a hacer, eché de menos algún otro remember viejuno como “Bajo la piel” o si nos ponemos exquisitas, recuperar “Silencio” sería un puntazo.
Como colofón final, la gente se vino arriba con el ya repetido himno de “Cada vez”, y tuvimos la suerte de vivir ver otra escena tan necesaria de inclusión, similar a la vivida en el pasado Resurrection fest, con el riojano Álex Dóminguez. Esta vez, Héctor Flórez, cántabro luchador, nos dio una lección; la silla de ruedas no es ningún obstáculo para gozar en un pogo. Ojalá más eventos adaptados y sin barreras de ningún tipo.
“No Konforme” llegó con un ambiente ya bastante calentito. Los vallecanos nos cantaron las delicias de una falsa democracia a golpe de punk rock festivo y combativo. Primera vez que les veía en directo y las ganas y currazo que hay detrás se nota a la legua. Además poco se habla de que es uno de los pocos grupos que tienen una canción dedicada a una figura ejemplar; Berta Cáceres, líder indígena Lenca, ecologista y feminista, que fue asesinada en 2016. Chapó.
“Somos los Segis y vamos al puto lío” frase demoledora para que los vasos empezasen a volar, y diese comienzo el aquelarre de brujas, demonios y demás personajes de locura. El plato fuerte del Tresparock de este año, hora perfecta y tiempo estable, “SEGISMUNDO TOXICÓMANO” llegó con muchas ganas de gaupasa. Hasta pedida de matrimonio en el escenario incluida, touché. Tampoco voy a ser muy objetiva en esta parte de la crónica, ya que me pasé medio concierto en hombros de mi compañero gritando como loca un “12 años” todavía muy presente en nuestra sociedad, los himnos de “Las noches siguen sabiendo a sangre”, “Mi vida” y del último disco el temón de “En este infierno”. El clasicazo de “Por ti” cantado junto con los componentes de Desakato, puso el broche final a estos punkarras de Gasteiz. Poco más que decir, directo acelerado, adictivo y que vivan estos retornos del P.R.V.
Tras la brutalidad de Segis, llegaba el momento más complicado de la noche, pero “Suzio 13” salieron a la palestra cargados de ganas en lo que era su último concierto del verano y, como era de esperar, no defraudaron. Con ritmos poco habituales en los festivales nacionales, consiguieron que un buen puñado de valientes siguiese dándolo todo, haciendo una buena mezcla entre nuevos y viejos temas que volvieron a dejar claro que esta banda en directo sabe muy bien lo que hace. Seguido vino “Rat-Zinger”, grupo de punk desde Bilbo,pero cómo la honestidad es una máxima en la vida, he de confesar que llegó la hora de empapar el estómago y no tuve la oportunidad de verles en directo, para el próximo seguro.
“Balkan Bomba”, y sus ritmos ska-rock fueron los adecuados para evitar que la gente tuviese el típico bajón de las 3 de la mañana y se fueran a dormir. Manteniendo el baile, el ritmo para el aguante, este grupo formado por no sé cuántos músicos (perdí la cuenta entre tanta danza errática por el suelo y por el aire) vestidos todos cómo si de un equipo de fútbol castellano-manchego se tratase, hizo que entrásemos en trance musical. Si te gusta Dubioza Kolektiv o Russkaja, apunta su nombre.
Y para cerrar… hardcore + metal con beatdown y demás extremidades varias, desde Mataró. “Bellako”, que después de tocar en el País Vasco, cogieron la furgo rumbo Trespaderne y aun estando reventados, dieron ejemplo dándolo todo por el público. Engorile, mosh y circlepits a las 5 y pico de la mañana, quien no se vino arriba con esto, es que estaba muy muy cansado. Tocaron varios temas de su último trabajo “Demonios”, pero no se olvidaron de sus clásicos cómo “A fallo”. 100% recomendables.
Crónica y fotos: María Barco.