La despedida de Jesús: Nos juntamos este domingo para un concierto especial. De un lado Treze y Cronómetrobudú hacía tiempo que no nos visitaban. De otro Lunática daban su último concierto con Jesús a la batería.
A pesar de que al dia siguiente nos tocaba madrugar, teníamos muchas ganas de ver este concierto. Especialmente tengo que reconocer que el motivo que nos movió hasta Rubayo fue la actuación de Cronómetrobudú, ya que de un lado tenía que entregarles sus cien copias del disco recopilatorio del programa, y de otro simplemente teníamos ganas de verles en directo despues de que nos dejasen tan impactados en su anterior visita a Cantabria.
Aparecimos por allí a eso de las ocho y media, con la intención de que nos diese tiempo a charlar un poco, ir a la barbacoa que ofrecía la comisión de fiestas de Rubayo y luego ver los conciertos. Eso fue lo que hicimos, pero con un retraso considerable sobre el horario planeado. Los conciertos empezaron pasadas las once de la noche, con lo que entre los conciertos y los pertinentes cambios nos dieron las cuatro y pico de la mañana allí.
Hay que felicitar a la comisión de fiestas por montar este evento tan guapo, pero por otro lado tenemos que decir que se notó que era un concierto de bajo presupuesto ya que el equipo de salida fue un pequeño equipo de voces que no consiguió dar la potencia deseada. Por mi parte, para otro año, pagaría gustoso por la costilla si eso ayuda a convertir lo de Rubayo en un festival más grande.
Mientras acababamos de disfrutar entre todos de los ochenta kilos de carne asada a los que nos invitó la peña de Rubayo empezó el concierto de Treze. La tónica general de la noche fue, por motivos técnicos, escaso volumen. Especialmente el concierto de Treze se notó flojo de presión. Apenas había público cerca del escenario, y eso también pareció ayudar a que no estuviesen especialmente motivados.
Practican un rock sencillo con letras cantadas en español. La gente de Lunática nos contó que el año pasado montaron una buena fiesta a última hora, pero lo cierto es que este año resultaron un poco descafeinados. Tocaron alguna versión entre las que nos llamó la atención una adaptación bastante peculiar del Maneras de Vivir de Leño. Tuvieron la colaboración de uno de los amigos que se habían traído desde Ponferrada, que le dio un toque distinto al resto del concierto. Si fuese ellos contaría con su ayuda como vocalista en más ocasiones.
Y un ratillo de bromas y risas con un lugareño que se empeñaba en que el siguiente grupo tocase Paquito Chocolatero para bailar con alguna de las chavalas, empezó Lunática. A pesar de que había aun menos gente viendoles que a Treze supieron sacar un corto pero intenso concierto adelante.
La única pega es que como ya he dicho las voces quedaron un poco bajas de presencia, lo que perjudicó especialmente a las canciones cantadas por Nahum. Por lo demás Lunática se comportan de manera profesional ante cinco o quinientas personas. Los temas nuevos suenan que atronan y el EG de hector suena que lo revienta.
Como ya he dicho en la introducción de esta noticia fue su último concierto con Jesús a la batería. Como no tenemos permiso para desvelar quien será el nuevo tendreis que acercaros a comprobarlo vosotros mismos al próximo concierto, si es que el rumor no ha alcanzado aun vuestras orejas.
El concierto de Cronómetro me resultó un poco decepcionante durante las primeras canciones, estaban sonando mucho más desinflados que cuando les vimos en el Bolillón (A pesar de que aquel día tocaban con un sólo guitarra y con Hector haciendo de Bajista suplente). La guitarras tardaron al menos cuatro temas en coger cuerpo y todo lo que se entendía era el violín, la flauta, el bajo y la voz muy por debajo de lo que debería.
Sin embargo poco a poco la cosa mejoró ostensiblemente, sin llegar al nivel mágico que alcanzó su concierto del Bolillón consiguieron un sonido bastante potente y poco a poco fueron entrando en el concierto. Especialmente a partir de su habitual versión del Zombié de The Cramberries.
Hay algo que nos gusta especialmente de Cronómetrobudú, y es ese aire literario que le dan a los conciertos, con partes recitadas y largas introducciones aprendidas de memoria. La parte poética de la banda no tuvo sin embargo tanta presencia en esta ocasión y lo echamos bastante de menos. Esperamos que sólo haya sido cosa de este concierto y no lo hayan retirado definitivamente de su repertorio, ya que es algo que les distingue de todos los demás grupos y sería una pena.
Los tres últimos temas nos devolvieron a los Conómetrobudú que conocíamos, cargados de fuerza y energia sobre el escenario. Esperamos que no tarden tanto en volver a hacernos una visita, y que en la próxima traigan camisetas, o mejor aun, sudaderas, sobre todo si piensan tocar a las tres de la mañana en medio de la fresca. Se nota que ellos al menos están curtidos por el frío de Melgar D.F.
Crónica por Oskar, fotos por Oskar.