13Nuestro colaborador Absento se fue dos dias al monte Kobeta a ver unos cuantos grupos, y aquí nos deja su personal visión de cada uno de los conciertos.
Los festivales de tamaño medio, más cuando tienen lugar en el norte, son muy cómodos y agradables. No hay grandes distancias, ni grandes colas, ni demasiadas aglomeraciones en los conciertos, y con el clima norteño en verano, te tienes que preocupar más de posibles chaparrones que de morir de calor. En el BBK se ve todo esto, y además esta edición contó con bastante buen tiempo.
En cuanto al cartel, este festival se ha caracterizado en anteriores ediciones por una doble apuesta un poco difícil, jugando a lo comercial y a lo indie al mismo tiempo, con resultados dispares. Este año han apostado claramente por el lado indie del asunto, dejando un cartel mucho más compensado. Con la excepción de un grupo de primera línea mundial como Depeche Mode, los pesos pesados del festival provienen del lado independiente, aunque ya sean super estrellas como Placebo o Kaiser Chiefs. Sólo pude asistir el jueves y el viernes, pero aquí va mi crónica.
Jueves:
Motor: Sopor. Sonido horrendo. Un infierno chunda chunda de graves a volumen absurdo. Mal.
The Gaslight Anthem: Les oí descansando en el prado, pero sonaban como si Springsteen hubiera aparecido siete años más tarde y hubiera montado una banda new wave. Curiosos.
Vetusta Morla: Yo si fuese ellos me iba buscando otro técnico de sonido, por lo menos para festivales. Sonaron muy mal, otra vez bolón de graves. Y bueno, creo que eso no es sólo culpa del técnico, pero es un tema discutible. Y ya es oficial la polarización que predije el año pasado, la gente los ama o los odia. A mí me gustan, sin más, y es una pena que sus buenos temas no hayan podido sonar mejor.
Ting Tings: Vivo en la Gándara. Para oir a una gaviota graznar con la música de un coche bakala con las puertas abiertas de fondo sólo tengo que abrir la ventana. No digo más.
Editors: Mejora sustancial del sonido, a lo mejor es que el resto sonaba tanto a culo que esto parecía perfecto, pero muy bien. Se dejaron unas cuantas de las buenas, y las nuevas me dejaron con el miedo en el cuerpo, porque en todas soltaron las guitarras y se pusieron a hacer el tarín con los sintes, rollo Depeche. Parece que los tiros van a ir por ahí. Vale que el rollo tiririririririri con la guitarra y semicorcheas en el charles a saco lo han agotado un poco, pero no sé, hay más sitios para tirar que la máquina. Aún con estas dudas, buen concierto, y Tom Smith haciendo méritos para competir con Brandon Flowers y Alex Kapranos como mejor frontman de la nueva generación.
Depeche Mode: Los fans que les han visto más veces dicen que sólo psche, a mí me gustó, aunque se dejaron algún clásico como Strangelove, o una de mis favoritas, Everything Counts. Gahan muy amo como frontman, aunque en uno de sus excesos físicos se provocó una lesión que les ha costado los dos siguientes conciertos, Gore con un desfile de guitarras de asustar y el pobre Fletcher bajándose la camiseta todo el concierto para no enseñar las lorzas porque al levantar los brazos se le subía por encima del ombligo y luego no bajaba. Putadas de la licra en un señor mayor. Para mí, los mejores momentos, una emotiva Home y un aplastante I Feel You. El arreglo de Personal Jesus, sin embargo, me resultó decepcionante, soso.
Viernes:
El Columpio Asesino: Me dejaron una impresión agridulce. Con lo potentes que suenan, si cantase otro serían la hostia. Como me dijo un colega, “qué grandes instrumentales harían”. A priori una hora injusta para un grupo tan “grande”, pero el viernes había mucha competencia.
Supergrass: Una de las injusticias del festi, por ponerles a esta hora. Muy grandes, muy divertidos, muy en forma. En batería tuvo problemillas técnicos, pero joder, sonaron como un tiro, tocaron de puta madre y se marcaron un gran set list. Y además venían con ganas, robando minutos, y mendigando un tema más, como si fueran chavalucos. Además con los guiños a la Velvet y a Bowie ya me ganaron para toda la vida. Si les llegan a dejar tocar 15 minutos más y pueden meter un I’d Like To Know, un Mansize Rooster, etc, serían contendientes a concierto del festival. Lo dicho, muy injusto…
Babyshambles: …sobre todo viniendo después estos mamarrachos, porque no se puede decir otra cosa, por favor. Qué traca. Si este tío no fuese un yonki de tabloide que se ha follado a Kate Moss no les dejarían tocar ni en la cervecería de su barrio, no me jodas. De cada tres notas de guitarra, dos mal pisadas, el bajista no acertaba un bombo ni aunque tuviesen a su familia de rehén, el batería a verlas venir, en plan, por dónde me saldrán estos hijos de puta, canciones empezadas a trompicones, mal terminadas, espacios absurdos entre canción y canción. Por lo menos me partí un rato el culo, como con un chiste tan malo que te descojonas. Pero que toquen entre Supergrass y DMB, no tiene ni puta gracia.
Dave Mathews Band: Esta gente juega en otra puta liga. Qué sonido, qué manera de controlar la dinámica, qué sensación de sobradez todos los músicos (lo de Carter Beauford es de otro planeta, y el solo es lo de menos, es cómo lleva a la banda), qué manera de apabullar. Vale que es un rollo de rock americano clasicote y un poco AOR a veces que puede desentonar un poco en un festi, y más siendo relativamente poco conocidos en Ispain, pero al césar lo que es del césar, estos tíos son unos putos jefes.
Chris Cornell: Esquizofrenia. No puedes empezar un concierto con dos timbalanadas de mueve tu cucu y después tocar Let Me Drown, Outshined, Hunger Strike, Spoonman, y tocar una cutre versión de Billy Jean, y más pachanga, y acabar con Rusty Cage… Muy raro todo. Además un sonido procesado y comprimido a tope, sin nada de dinámica. Pero bueno, ver una versión de Spoonman con el Good Times, Bad Times de Led Zeppelin en mitad tiene su aquel. Volverán Soundgarden?
Kaiser Chiefs: Pues los ví tirado en la zona de colchonetas comiéndome un bocata, y me pareció lo mismo que me parecen ellos, divertidos, tienen temazos, pero se me acaban haciendo sota, caballo y rey. Nada de dinámica y rollo muy himno hooligan. Pero eso, sonaron relativamente bien y divertidos. Y tienen bastantes singles conocidos ya (aunque el estribillo de uno de pueda cantar en los demás).
Jane’s Addiction: En cuanto empezó a sonar el bajo casi se me caen los huevos al suelo, el mejor sonido de bajo en directo que he escuchado en mi puta vida. Sonaba que aplastaba, sin más, muy jartos. Y Perry Farrell el puto amo, qué locaza, qué reptil, se meó encima de Gahan un poco, la verdad. Aullando a la luna, bebiéndose una botella de rioja, haciendo surf, despelotándose, amenazando con robar en el Guggenheim… A veces un poco plasta Navarro, pero joder, son Jane’s Addiction, es lo que hay. Sonidazo, espectáculo de la hostia, pedazo de repertorio, en fin, brutal. Se quedó un poco corto, eso sí.
Echo And The Bunnymen: Esperaba aburrirme pero no. Muy buen sonido (aunque bastante bajito para lo que acabábamos de ver), muy abierto, con mucha dinámica, los temas respiraban. Tocaron bastantes de las míticas y se marcaron unos cuantos homenajes, a Lou Reed, a los Beatles, a los Doors, a Bowie, a Wilson Pickett. Un concierto muy apropiado para cerrar el día.
Crónica por Absento, fotos por Olga Sampedro.