Encaramos mediados de marzo, a las puertas de la primavera. Los días se amplían y un extra de luz de sol entra como un rayo de esperanza. La pandemia nos ha dado una ligera tregua, pero ahora la sombra de las bombas y la destrucción total cada vez están más cerca, tal vez, estemos en el prólogo de lo que los historiadores llamarán el comienzo de la III Guerra Mundial. Por desgracia, el ser humano, ese ser, al que siempre se le dice “Ser inteligente”, muchas veces se comporta como la peor de las alimañas, arrasando todo lo que encuentra a su paso, sin importarle nada más. Algo que la historia, siempre se encarga de recordárnoslo, aunque en la mayoría de los casos, todo ello a muchos les suene como una lejana reminiscencia, recuerdos del futuro pasado, que se repiten una y otra vez desde el comienzo de los tiempos.
Para momentos de emergencia como estos, lo mejor es acudir a la llama salvadora de la espada del metal, que presta sus servicios de manera incondicional para fulminar cualquier atisbo de mal rollo, allí donde sea necesario. Uno de sus más vigorosos representantes, de los últimos años, desde Bizkaia en tierras vascas, son Valkyria, con su heavy metal melódico en el ADN, que acudirían a uno de los templos del metal de la región el New de Santander, donde Juan y Lucy, historia viva de la escena de la tierruca, siempre nos reciben con los brazos abiertos con la mejor de las atenciones. Así que sin pensarlo mucho, nos dirigimos a la capi, para disfrutar de un gran bolazo de metal. En mi caso teniendo en el recuerdo la vez anterior y única hasta la fecha en que les pude ver en vivo, allá por junio de 2018 en la sala EDASKA de Barakaldo junto a Sylvania. Ya que hasta entonces me había sido imposible verles cuando tocaron en Cantabria, muy a mi pesar, tras las muy buenas sensaciones que me trasmitía el amigo Txutxy Cano sobre la calidad de la banda, constatadas por mí mismo, en aquel concierto, también inolvidable.
Cuando llegamos a la sala, por supuesto no podía faltar su mayor fan el amigo Txutxy, que no quiso perderse su actuación, al que también mando un abrazo desde aquí tras su difícil semana en el plano personal. Valkyria, nace en 2014 en Bizkaia, con el heavy metal melódico en la base, al que luego enriquecen con otros muchos estilos, según los gustos de cada integrante de la banda. En la actualidad son: Yeray Hernández (voz y guitarra); Borja Aguirre (guitarra); Jon Romero (bateria) y Bobby (al bajo), su más reciente incorporación proveniente de bandas como Ad Eternun o Fullmetal Band. Tienen publicados dos discos: «Principio y fin» (2016); y «Tierra Hostil» (2018). Toman especial repercusión en la 29 edición del Villa de Bilbao en 2017, quedando en 3ª posición, y dentro de las mejores bandas de Bizkaia. Comenzarían su actuación sobre las 21:5h con la intro “Clamor Vitae” de su primera referencia, que nos introduciría de lleno en su mundo, preparados para la épica, para entrar en “Tierra Hostil”, tema que da nombre a su último larga duración, muy oportuno para tiempos bélicos como los que vivimos, en el que te pone cara a cara con las bestialidades que se cometen en las guerras, en nombre de vete a saber que ideales, cuyas consecuencias al final se quedan grabados en las conciencias de los que están allí a pie de trinchera, creando traumas que les acompañará el resto de su existencia, como muertos en vida. Esa dualidad está muy bien representada en la magnífica portada del disco, creada por Adolfo WB (Warbanner). Ya en estos primeros momentos, me pude reencontrar con la maravillosa y peculiar voz de Yeray, a la postre, la que marca la personalidad tan especial a la banda. Flanqueado de potentes guitarras, con gran esencia, que te sube en una nube de la que ya no te bajarás hasta el final.
Tras el pertinente aplauso del personal, llegaría el turno de “Identidad perdida” con una potente entrada más power, que luego nos trasporta a su mundo, a lomos del metal con mayúsculas que consiguen, dando al tema tintes de himno, con los puños al cielo: «(…) Sueñan con volver el mundo del revés. Quiebran la razón Delirios perturban tu mente (…)». Con grandes desarrollos de guitarra. Nos saludarían agradeciendo la asistencia y el reencontrarse con el público tras dos largos años sin tocar, para hacernos alcanzar la “Vida eterna”, tema con un aire más hard, con una potente línea de bajo y batería. -¿vamos calentando?- nos preguntarían, intentando mitigar la frialdad de parte del público, para dar el salto al pasado a su disco anterior, con el temazo que le da nombre “Principio y Fin”. Continuarían así con un extenso repertorio, adaptado a las circunstancias de esa noche, ante la caída a última hora, del cartel por motivos laborales, de los cántabros Sort Angel. Destacando temazos como “Abatido”: «(…) Despierta la pasión, un sentimiento oculto que ahora lucha por salir. Hoy a tus pies, quizá mañana esté a tu lado. Rozar tu piel y dar todo lo que me has dado. Sentir tu voz a cambio de un suspiro (…)», con grandes guitarrazos. También habría tiempo para bajar la potencia, que no la rabia contenida, con la gran balada “Selenelion”, muy coreada por los asistentes.
No faltaría tal vez uno de los mejores temas de su repertorio, extendiendo el gran “Estandarte” de su disco anterior, que sonó tremendo, con su pegadiza melodía. «(…) Ten fé, si hay algún dios rezaré por nuestras almas rotas Y viviré como estandarte, esperando clemencia (…)», con todos botando sobre el suelo del New. Con la gente muy entregada, llegaría un momento de lucimiento de las guitarras, con su versión del mítico tema instrumental principal de la bso de “El último Mohicano” de Vangelis, que crearía una atmósfera muy especial. Otro de los cañonazos del primer larga duración sería el tema “vulnerables”, dedicado a esos que se dicen amigos, que luego te dan la puñalada. Posteriormente, nos perderíamos por las dunas del desierto con “Tuareg”, con una contundente línea de bajo y batería, junto a grandes desarrollos de guitarra.
Encarando la recta final del concierto, sería el turno de uno de sus grandes himnos incluido en su última referencia, el tema “Código de Honor”, con la historia ancestral japonesa de los 47 Ronin y el código samurái “El Bushido”, del que hay un espectacular vídeo, muy coreado por todos. A lomos de la épica, seguirían con otro de mis temas preferidos. Estábamos avisados, todo estaba anunciado por Nostradamus entre sus chutes de nuez moscada, en sus míticas cuartetas, todo está escrito, son “Ecos del Mañana”. Una auténtica pasada de tema, gritando bien alto: «(…) Son sus ojos testigos de la verdad. Revelaciones de un porvenir aguardan en su poder. Viajará a aquel lugar donde el sol se vuelva a alzar. Mostrará lo que nos depara Viajará a aquel lugar donde el sol se vuelva a alzar. Es la voz y el eco del mañana (…)». Terminarían su concierto por todo lo alto, poniendo al descubierto, porqué son uno de los grandes brazos de la espada del metal, con “Tus Secretos”, un auténtico homenaje a la dama de las 6 cuerdas, la guitarra. «(…) No me imagino vivir sin tocar. La conexión que nos une se hace primordial. Fiel compañera que a la multitud. Llena los sueños vacíos susurrándolos. Creas notas que destaparán. Tus secretos infundiendo intensidad (…)»
Tremendo bolazo el que nos ofreció Valkyria, constatando la calidad que ya vi en 2018, una auténtica pena, para ellos y otras tantas bandas, a la que la maldita pandemia, paró en seco su proyección, esperemos que a partir de ahora, puedan retomar su sueño, que seguro conseguirán, de la mano del crack del objetivo Unai Endamaño, que desde diciembre del año pasado ha pasado a ser su manager. Calidad sin duda, tienen a raudales, además de conseguir dotar a la banda de personalidad propia, gracias a la emotiva voz de Yeray. Estoy seguro que llegarán a ser muy grandes y nosotros seremos testigos de ello.
Texto y fotos: John Man.