Caminando a la sombra de Whitesnake
El pasado 19 de septiembre, el virtuoso guitarrista holandés Adrian Vandenberg arrancaba su gira española en el Escenario Santander siendo también la primera vez que actuaba con su propia banda en nuestro país, si bien ya pisó suelo español como guitarrista de Whitesnake allá por 1990.
Adrian Vandenberg comenzó su carrera en solitario a principios de los ochenta y plasmó sus tres discos clásicos: Vandenberg (1982), Heading for a Storm (1983) y Alibi (1985) todos ellos auténticas joyas del Heavy europeo y que merecen ser revisadas y reconocidas. Tras esta primera etapa, los siguientes años del guitarrista estuvieron estrechamente ligados a los renovados Whitesnake a partir del 87. Slip of the Tongue sería el disco donde Adrian debería de haber brillado con luz propia, pero la sombra de Steve Vai por un lado y una inoportuna lesión que le impidió grabar sus partes de guitarra, fueron tal vez una mala pasada del destino para el holandés. Sea como sea, nada le va a quitar la coautoría de los temas junto a David Coverdale al igual que en el siguiente Restless Heart.
Tras su paso por Whitesnake y otros proyectos posteriores (Manic Eden, Vandenberg’s Moonkings) también muy recomendables, Vandenberg decide en 2020 volver a sus inicios y relanzar su propio proyecto con un descomunal álbum 2020 con nuestro Ronnie Romero a la voz. Grandioso retorno de la banda, que se reafirmaría en 2023 con Sin y el prolífico Mats Levén sustituyendo a Romero.
Y aquí nos hallamos al pie del escenario expectantes de lo que nos podría ofrecer esta banda en directo. Completan la formación en la base rítmica los jóvenes Sem Christoffel (bajo) y Joey Marin de Boer (batería) de los que no puedo aportar muchos datos pero es de justicia decir que estuvieron más que a la altura en todos los aspectos, como músicos y ofreciendo también un buen espectáculo.
Comenzaron con Hit the ground, título que abre su último álbum y desde ese primer momento establecieron la constante del concierto basada en una cercanía y complicidad entre ellos y con el público más que notable. Todo fueron sonrisas, bromas, gestos de estar pasándolo realmente bien sobre el escenario y eso se reflejó también en el público que ovacionó tema tras tema.
Jugaban a caballo ganador, como digo en el título parafraseando el clásico de la serpiente blanca, y es que fueron alternando temas propios de la banda con pesos pesados de Whitesnake. Fool for your loving y Gimme all your love se intercalaron con Your love is in vain y Freight train. A estas alturas una cosa estaba clara y es que Mats Levén es un cantante capaz de defender los temas del señor Coverdale con suma dignidad, sin artificios y con una naturalidad pasmosa. Por poner algún pero, tal vez en algunos giros vocales trataba de imitar los propios de Coverdale y sinceramente creo que tiene personalidad más que de sobra para llevarlo a su terreno y hacerlos brillar sin necesidad de calcar los recursos del master. Pero vamos, un diez para Levén y su camiseta haciendo un guiño a La vida de Brian (buena apreciación, Óskar).
Con respecto a Adrian Vandenberg, más de lo mismo. La actitud, simpatía y energía que imprimió al bolo en todo momento es de elogiar, más aún hablando de una persona que ya ha cumplido sus 70 palos. Un auténtico guitar hero de aquella época gloriosa en la que podías reconocerles con solo oír un puñado de notas. No obstante tengo que decir que el sonido de guitarra no fue todo lo bueno que debiera y es que por mucho atrezzo que supongan cuatro cajones Marshall, si la señal sale de un procesador digital, a un servidor acostumbrado al sonido de las válvulas le va a sonar digamos que flojete. En fín, desconozco el porqué de esta decisión, que no deja de ser una apreciación personal y que en absoluto empañó el buen sonido general del concierto.
Y llegamos a uno de los momentos más emotivos del concierto cuando las luces se apagan a excepción de un par de focos y Adrian, acústica en mano se sienta en la tarima de la batería. Estaba claro, no podía ser otra que la maravillosa Sailing ships. A su lado sentado a veces, otras de pié, un entregado Levén bordó la balada y consiguieron llevarnos al momento más intimista de la noche, Judgement day vendría a sacarnos del ensoñamiento con la fuerza propia de este medio tiempo poderoso y épico.
Llegaron Wait y Shadows of the night, con solo de batería mediante en el que De Boer
tuvo el detalle de invitar a subir a un niño de unos siete años para tocar juntos la primera parte del solo. Fuesen cuales fueren los motivos, lo cierto es que a todos nos sacó una sonrisa y unos fuertes aplausos para el chaval y para el propio Boer. Como decía, esas dos canciones nos devolvían a los temas propios de la banda, que si bien no eran los temas más conocidos por el público general, sí conseguían que todos los presentes los cantáramos a viva voz.
Crying in the rain supuso el cierre del bloque principal del concierto.
No se demoraron en regresar con un bis compuesto por Burning heart, la power ballad que le supuso la fama al holandés con su primer disco, seguida por In the still of the night y Here I go again con las que la sala se vino definitivamente abajo.
Gran concierto sin duda alguna, tal vez demasiado corto, aproximadamente hora y veinte minutos y sin banda telonera, que hubiese sido la cuenta. Así todo, con los fantásticos momentos del concierto, el increíble carisma de los cuatro y en general el buen sabor de boca con que nos dejaron, suple todo lo demás.
Eso sí, está muy bien llevar un set list con el que sabes que no hay fallo y es lógico y justo pues no dejan de ser composiciones suyas, incluso le comenté a mi compañero de andanzas Michael Arthur que esto es tal vez lo más parecido a Whitesnake que podremos disfrutar viendo la realidad de las cosas, pero la otra cara de la moneda es dejar verdaderas joyas menos conocidas del repertorio de Vandenberg fuera como All the way, Voodoo, This is war, How Long, Waiting for the night o tantas otras de sus dos últimos trabajos y que sus fans nos hemos quedado sin poder escuchar.
Set list:
Hit the ground
Fool for your loving
Your love is in vain
Gimme all your love
Freight train
Sailing ships
Judgement day
Wait / Drum solo
Shadows of the night
Crying in the rain
Burning heart
In the still of the night
Here I go again
Texto: Mario Herrero
Fotos: Sonia Toledano
Vídeos: Oskar Sánchez