Este fin de semana, el teatro jugaba en casa, pues esta obra nació entre estas tres paredes. La cuarta siempre es el público y en los ensayos está vacía. Este viernes sobre las tablas vimos a Carmen Bartolomé (Mehnai), Rebeca García (Mymadder) y María Vidal (Ábrego). Con Pati Domenech (Ábrego) dirigiendo y dando forma al texto representado, vivido diría yo, a partir de palabras, versos, voces y relatos de un sinfín de mujeres.
Mujeres de hoy y de ayer, con diferentes estilos, de distintas procedencias, casi olvidas y reconocidas, mujeres que aunque muchas veces se las intente silenciar, ellas no se callan y nos cuentan. Porque tienen mucho que contar. Lágrimas y risas. ¡Gracias por ello! Pati nos ofrece, una dramaturgia mimada hasta el límite, engarzada con la sugerente danza de Rebeca, que te disloca cuando la sigues con la mirada, te mece, te rompe, te sorprende y también con las canciones, que te remueven el alma, de Mehnai.
Me he sorprendido tarareando su “Un pájaro azul” días después de haber visto la obra, como un eco ancestral que me recuerda lo que vi. De la interpretación de María Vidal, poco que decir que no se haya dicho ya. La energía que desprende en cada papel sería suficiente para alumbrar la comarca del Pas varios días. Y es que en “Mujeres de carne y verso” se han unido tres maravillosas artistas, que cantan, danzan, interpretan… viven, tres mujeres que han demostrado lo que se puede crear, cuando sobre el escenario se hacen las cosas con un par… de corazones (en este caso tres). Que es como mejor salen las cosas.
Crónica y fotos: Áureo Gómez.