Dos de octubre del vil año. Estreno de “Leyenda” de Cristina Samaniego (Espacio Espiral) basada en “Así que pasen cinco años” de García Lorca. Dentro del Certamen MUJERES QUE CUENTAN VI Muestra Internacional de Teatro (Edición Especial Cantabria) En La Teatrería de Ábrego, en Oruña de Piélagos.
Dicho ciclo comenzó el pasado 2 viernes de octubre, y podréis disfrutar de actuaciones todos los viernes de este mes y el primero de noviembre.
Las mejores fragancias siempre se dispensan en frascos pequeños, casi diminutos, por eso la Teatrería de Ábrego bien podría llamarse la Perfumería. Un mágico lugar donde Pati y María te hacen sentir uno más de la familia, como si estuvieras en tu casa, un paraíso reducido, casi intimo donde se puede disfrutar de la esencia del Teatro. Es verdad que, debido al omnipresente visitante, el aforo se ha visto mermado a un tercio del habitual, así que tan solo 40 personas, debidamente enmascaradas, con la temperatura controlada y con la distancia adecuada, pudimos disfrutar del estreno de “Leyenda”.
No sin antes haber sufrido los envites climatológicos. A pocos kilómetros de llegar, azotado por la incesante lluvia y por el viento racheado, bajé la ventanilla del coche y grité alzando el puño al cielo: “¿Una pandemia?u ¿Un temporal?, ¿la pereza?… ¿Esto es todo?. ¿No tienes nada más que enviarme para evitar que vaya al teatro?”. Aún con todo, una vez en la Teatrería vino el premio. Sobre las tablas, Cristina Samaniego, artista inconmensurable, de infinita trayectoria interpretativa y docente… ¡Y lo que la queda por acumular!.
Mujer valiente donde las haya. Sola en el escenario, dejando que un sinfín de personajes lorquianos aparecieran en escena gracias a ella. Aunque en verdad, sola, lo que se dice sola, no estuvo, pues fue arropada en el espectáculo; al teclado y creando efectos sonoros en directo, por Maria Elena Riaño y a las luces, por el gran Pancho Villar. Dicen que alguien, una vez, acudió a un espectáculo en el que Pancho no lanzaba las luces, pero yo no lo creo. Hubieron nervios, sin duda, era un estreno y eso hizo que fuera aún más especial el evento. Ahora, como en todo trabajo escénico a pulir y a rodar. Tan solo decir que Cristina despertó en mí toda la envidia del mundo, qué manera de manejar la voz y el cuerpo, qué forma de llenar el escenario… ¡Qué trabajo!… ¡Gracias Cristina!.
Crónica y fotos: Áureo Gómez.