Viva la gente que se moja
Dificil es montar conciertos como este en Cantabria, más dificil es que la gente responda y vaya a verlos. Llegará pronto el dia en que los pocos que organizan cosas se harten del todo y volvamos a quejarnos de que no hay nada para ver.
Antes de comenzar a hablar de Viva las Vegas me gustaría volver a felicitar a Pablo Z por haberse echado para alante y organizar todos los conciertos que ha montado este verano. Es una felicitación un tanto amarga, porque en cuanto acabe esta crónica tengo que pasarme por el administrador de la agenda a tachar todos los conciertos previstos para Oyambre. No sólo son las autoridades las que nos ponen trabas, si no que somos muy pocos, nos movemos muy poco y encima nunca conseguimos mover a aquellos que nunca se acercan a ver nada. Esto es un desastre. Cada tres por dos tirariamos la toalla si es que nos quedase alguna por tirar.
Suelo decir que hay dos tipos de gente, la que no se hace preguntas y la que se las hace. Osea, por ejemplo, los que pasan delante de un cartel de un concierto y ni se inmutan y los que cuando no conocen un grupo, al menos alguna vez investigan hasta descubrir de que trata. Nunca hemos presumido de saber más de música que nadie porque mentiriamos, pero siempre hemos estado orgullosos de seguir haciendonos preguntas.
Viva las Vegas eran desconocidos para nosotros hace sólo diez horas, nunca había oido hablar de ellos. Para acabar de contar la verdad nunca he tenido muy controlados a Manta Ray, de hecho, el disco que más he quemado suyo es el Score, un directo que grabaron a finales de los 90 con versiones de algunas bandas sonoras entre las que siempre he destacado la versión del tema central de El Padrino de Nino Rota.
Pero bueno, a lo que vamos… el hecho es que a Manta Ray no les tengo muy controlados, pero siempre me ha parecido muy interesante lo que he escuchado por ahí de ellos. Así que el concierto de Viva las Vegas me pareció una buena oportunidad de dar un buen paso hacia adelante en mi conocimiento personal de ese grupo.
Cuento todo esto porque es un poco estúpido que cuente yo un concierto en el que seguramente el 90% del público asistente podría dar detalles más precisos, así que me gustaría animar a alguno de los otros 25 a que añadiese su opinión pinchando en el enlace número uno de los tres que teneis al final de esta crónica.
Voy a empezar poniendo dos pegas al concierto. Primera; empezó con hora y cuarto de retraso, que juro que estuvo a punto de matar mi curiosidad y hacer que me largase para casa a hacer otra cosa. Segunda; No llevaron discos para vender, es una pena, porque hubiesemos pillado uno. Acuarela tiene una distribución correcta, osea no son discos imposibles de conseguir, pero tampoco te les encuentras de morros en cualquier sitio, así que hubiese sido un buen detalle poderle pillar allí.
Para los que no hayan oido nunca al grupo os daré algunas referencias que se me vinieron a la cabeza durante su concierto. Por un lado se me venían a la cabeza grupos como Yakuzi, Mono o Mogwai, osea, post rock instrumental, con canciones que se alargan y suben y bajan de intensidad… por otro me traian a la cabeza las canciones más intimistas de gente como Migala, o incluso alguna cosilla de Los Planetas… por un tercer lado acabo de estar riendome un rato leyendo una entrevista con el grupo en Mondo Sonoro en la que dicen lo siguiente. “Los críticos siempre tratan de dar referencias sobre tu música que son difíciles; nadie nombra a Roy Orbison o Chris Isaak” y me he estado riendo porque precisamente traia el nombre de Chris Isaak en la cabeza, venía dandole vueltas a como definir ese tipo de acordes que te llevan a pensar en un vaquero con un trozo de paja en la boca justo en la frontera entre Mexico y los U.S.A. se me venía a la cabeza Isaak, Abierto hasta el amanecer y Morricone… Busco una palabra intermedia que me sirva como adjetivo… Creo que hacía demasiado calor en el concierto.
En directo defienden las canciones en cuarteto. El duo guitarra batería se arropa de otra guitarra o un bajo (dependiendo del tema) y un violin. Será defecto profesional, pero si que eché de menos frecuencias graves en los temas en los que sólo tocaban con guitarras. Frank Rudow acompaña a su labor como baterista (Por cierto, GRAN labor como baterista, con ritmos superoriginales y llevando todo el peso ritmico con una grandísima eficacia) también disparando samplers y haciendo alguna melodía de teclado. Juegan constantemente con disonacias entre las guitarras y el violin, y también con muchos ritmos que se repiten de manera hipnótica muy en la onda post rock. Las letras, aunque bastante más audibles que en Manta Ray son también bastante susurradas en muchas ocasiones.
Como dato curioso hay que comentar que cerraron sus bises haciendo un homenaje a Paco Ibañez con “Juventud divino tesoro” que al parecer vienen repitiendo en muchos de sus conciertos.
Ha sido un concierto muy cercano y han conseguido crear un gran ambiente. Desde luego han sido diez euros bien empleados. Esperamos que pese a la poca afluencia de público conciertos de este tipo puedan seguir teniendo lugar en Cantabria.
Crónica por Oskar, fotos por Oskar.