…Y llegó el viernes. Y no era un viernes cualquiera. Además del calor sahariano que se sufría en la calle, era noche de concierto y ¡Qué concierto! Nada menos que 4 bandas, 4; todas muy interesantes, trabajando en distintos géneros y en situaciones vitales y de carrera muy diferentes con lo que la velada se prometía variada y muy entretenida.
Mandaban las circunstancias de Voids Legion que como cabezas de cartel ofrecían esta fiesta para celebrar el final de su primera gira. Gira que comenzaba el 4 de septiembre del 2021 en la sala Independance de Madrid, teloneando a los grandísimos Wormed, aún con muchas limitaciones por la pandemia, ya sabéis, sentaditos, separaditos, calladitos y con las manos a la vista no nos fuéramos a robar la cubertería. Pero mira, se hizo, no sonó todo lo bien que se podía esperar y los Voids arrancaban un camino largo, que incluso les llevó a Portugal, difícil pero que les ha hecho más banda y esa evolución se ha notado, como luego detallaré un poco más.
Volvemos a nuestro viernes, tras este pequeño apunte de los antecedentes que nos han traído a las puertas de la sala Shoko en un día mortal de comienzo de ola calor y volvemos con retrasos en la entrada. El público iba llegando a la calle Toledo entre sudores y prisas por la hora de apertura de puertas programada, las 18:00. No se pudo cumplir y la entrada se retrasó bastante. Mal por el calor (había ganas de disfrutar del aire acondicionado de la sala), pero bien, porque hubo oportunidad de saludar a los sospechosos habituales. Este retraso tuvo más consecuencias que los sudores de la
parroquia. Todas las actuaciones se vieron afectadas con recortes y prisas a fin de cumplir con la hora de fin pactada con la sala. Un imprevisto que desfiguró un poco el show, pero el show debe continuar y todos se adaptaron para dar de sí, lo mejor y en verdad que minimizaron los daños pero daños hubo. Lástima. Bien, vamos a ir al turrón, que seguro que es lo que estáis deseando, y el turrón, era del duro como no podía ser menos en un concierto de metal:
Arrancaron la jornada festiva los Buriality. Ya conocía el buen hacer de Santi a los mandos de la batería, de otras bandas, como Inania Regna, lo que garantiza un ritmo vertiginoso, bien llevado y una caña propia de los grandes del gremio. No defraudó. El resto de la banda, con su vocalista a la cabeza, no se quedaron atrás y dieron una perfecta réplica en el formato de 4: bajo, guitarra, batería y voz. Death/Groove Metal directo y sin concesiones que a mí, personalmente me agradó y me arrancó los biorritmos que es de lo que se trataba.
En el lado negativo estuvo, el pobre sonido con el que contaron, cosa que acusaron bastante. La voz, la batería y bajo así como la guitarra se perdían en ocasiones sin remisión si no te acercabas a recibir la pegada directa del equipo de escenario. Atrás, donde mejor debería escucharse, faltó algo de cariño en tratar su trabajo, pero es algo, lamentablemente habitual en nuestros escenarios, agravado por no haber podido ni tan siquiera probar antes del concierto. Desgranaron 5 temas, no dió la rodaja de tiempo asignada para más, en los que dejaron una muestra de lo que saben hacer. La sala, todavía sin todos los parroquianos, sí tenía gente, la calidad del grupo y que son conocidos localmente, el retraso, la canícula de fuera animó a los que son reticentes a entrar pronto. Ya sabéis, el “Síndrome del telonero”, tan lamentablemente habitual. En este caso se hizo mínimo.
Arrancaron con “Stay Below Your Ego”, tanteando las cosas y haciendo todo lo que podían para sonar como merecían. Seguidamente “Fate, Loneliness and Sulphur”, uno de sus temas más destacados repleto de cambios de registro vocal, con melodía y pegada. Perfecto como declaración de principios de la banda. Después, “The ability of the uselessness”, “Embrace New Chaos” que presagiaban el final para el que escogieron “Vast Plains of Human Distress”, su flamante single del que podéis disfrutar un vídeo que ha servido de presentación en sociedad, sobre un tema de Groove muy del gusto del público en general, aunque yo me sigo quedando con “Fate, Loneliness and
Sulphur”. Final de la actuación con buen sabor de boca y los ánimos renovados. Pucho para comentar la jugada con los compañeros, más calor en el “corral” que monta la sala, a la salida, para no se desmanden y consuman a precios no abusivos, los irredentos que se atreven a salir, a derretirse a la calle y vuelta al garito porque el show no ha terminado. No ha hecho más que empezar.
Tras un cambio vertiginoso de escenario, más propio de los mecánicos de la Fórmula 1 que de técnicos de directo; con el fin de minimizar los estragos del retraso en el inicio, constante que se repitió en cada una de las actuaciones; saltaron a escena Eternal Psycho a defender su nuevo disco “Trail of Agony”.
Ellos fueron los primeros afectados por los recortes. 2 temas, que se perdieron en el limbo de los justos y que dejaron la sensación de una sesión demasiado corta. En su caso, el sonido mejoró sensiblemente respecto al sufrido por Buriality aún así, no estuvo al nivel que las siguientes bandas y la voz perdía un poco de definición en varias fases, tanto la de Beka, como la gutural de Lucky que
a veces era complicado distinguirla bien. Eso sí. A pesar de las dificultades, como incorporar un bajista de circunstancias, el mismo día para cubrir la baja de Maximus, salieron a darlo todo y lo dieron. Con unos músicos detrás, de la calidad y el gusto de Arjan, Jorge y Lucky; incluido el papelón del bajista (del que salió airoso), aunque no se le escuchaba todo lo que hubiéramos deseado, Beka está confiada y se puede mover por el escenario libremente para acercarse al público y cantar las fases melódica y rasgada a la que nos tiene acostumbrados. Arrancaron con su Metal Melódico Industrial” en el que despachan sus juegos de voces guturales, rasgadas y melódicas tocando “Crystalized” de su nuevo álbum y “Typical of Me” del primero, agitando al público para que se metieran en faena. A estas alturas ya podemos decir que en la sala estábamos prácticamente todos los que íbamos a estar, a ojillo, unas 100 personas, con muchos invitados y prensa. El siguiente tema fue “My Demons” single del que hay vídeo clip y que pertenece a su anterior trabajo, más relajado sin dejar la dualidad de voces y que lamentablemente anticipaba el inminente final, antes de tiempo, que tuvo lugar con”Fire Will Fire” y “See the Light”. Ambos muy en la misma línea de single destacado de sus dos discos, el primero de ellos de “Trail of Agony” y el último, buque insignia del álbum “Your Demons Are Real”.
De nuevo, un cambio relámpago de escenario. Sin solución de continuidad y casi sin poder apurar el cigarro, ahí teníamos haciendo las delicias del público a los Perennial Isolation. Que ya sonaron más como merecían. Su ingeniero de sonido, atento a todas las vicisitudes del bolo hizo lo que sabía hacer, permitiéndo al público disfrutar de otra gran actuación de los de Barcelona.
El estilo de Perennial es un Black Metal Atmosférico, que resulta arriesgado interpretar en directo, porque es un estilo que se presta, en principio más, para su escucha relajada en la paz del hogar de cada uno. Por supuesto, según, quién y cómo lo interprete sobre el escenario puede resultar lineal y no permitir que lo disfrutes de la manera adecuada, pero ¡no fue este el caso, para nada! La elección del “setlist” fue cuidadosa y meditada con cabeza, para mantener la atención de la sala y hacer gozar de sus creaciones y de su magnífico trabajo. Las ondas de sonido pegaban ya sí, contra nuestros pechos y nos levantaban por encima del suelo así iban desgranando su repertorio. Fueron 6 temas de su nuevo y flamante disco Portraits, que se hicieron poco y dejaron con ganas de más a quienes como a mí, este estilo, nos mueve la patata. Alternaron temas más evocadores y estratosféricos con temas de más puro estilo Blackie perfectamente dirigidos por la voz de Albert y sostenidos por una banda cohesionada y de una calidad en su interpretación y en su sensibilidad que los convierte, de hecho, en referencias ineludibles del Black metal no ya del sur de Los Pirineos, sino de más allá, donde las iglesias arden y los vikingos no lucen cuernos si sus compañeras/os no tienen a bien regalárselos. Si hay que poner un pero, este fue que la batería hizo algún extraño, en algún punto.
Hecho de escasa importancia, que se diluyó en el conjunto, que presentó en Shoko un trabajo de una calidad incontestable. Dentro y fuera del escenario unos señores y más majos que las pesetas, cercanos, nos estuvieron contando de las dificultades que encontraron en el equipo de sonido de la sala, hecho que sacaron adelante con la eficaz habilidad de su técnico omnipresente todo el tiempo para ofrecer un espectáculo de calidad y que sus músicos pudieran dar, como dieron un alegrón a la autoridad competente, que finalmente, es el público. ¡Chapó!.
El “setlist” fue extraído, en su totalidad, de Portraits y como decía antes, supieron distribuir sus pistas de la mejor manera, para adecuarlo al medio en que se iban a mover, un directo. Supongo que
no sólo la experiencia, sino el gusto y el respeto a la audiencia les lleva a efectuar este trabajo que merece todo nuestro respeto, como respeto muestran, por quienes deciden pagar una entrada y
compartir con ellos esa ceremonia de comunión de almas que es un concierto.
Arrancaron la tarde con “The Breathless Season Bane”, dejándonos cautivados ya desde el primer acorde. Perfecta para abrir y agitar las cabezas de los asistentes, reconocible y brutal, con sus
subidas y bajadas de intensidad, que captó la atención, hacia ellos, de todas las orejas presentes.
Continuaron con “Unceasing sorrows from the vatness scion” más evocadora. De esos temas que se van introduciendo despacio dentro de uno, acariciándote el bulbo raquídeo, extendiéndose
dentro de ti hasta ser uno y elevarte con unos guturales que se tornan más gritones, la melodía envolviéndolo todo, jugando con tus sensaciones y que estallan en un apoteosis negro.
¡No hay tregua!. Comienza “Through Fire Upon Fire”, el tercer tema. También de comienzo relajado y evocador con una guitarra rítmica cruda que se transforma en melodía hasta que entra la voz en
screaming y el tema se desarrolla manteniendo esa tensión negra del género hasta el mismísimo final. Llega el turno a “Autumn Legacy Underlying the Cold’s Caress”, que ya arranca con mucha
más tensión y fuerza, lo que cambia totalmente el aire. Tema que sube y baja de intensidad, manteniendo una media alta con unas frases preciosas de guitarras que se entremezclan. Llega “The Silent Solace”, tema poderoso de principio a fin con una línea de ritmo alto que empuja fuerte la voz y ofrece una línea de fuerza perfecta para preparar la entrada del tema final, que en este caso fue “Embers in the Slumbering Threshold”. Perfecto colofón que vuelve a recolocar las cosas y reconducirnos hacia un sentimiento más emotivo sin faltar la fuerza, pero dejándote ese sabor de
boca de desasosiego calmo que tan bien saben hacer estos chicos para cerrar una actuación de altísimo nivel y que te deja como si hubieras pasado un buen rato en el spa, bajo chorrillos relajantes, de esos de caer baba.
Con esto en los bolsillos y un suspiro, salimos de nuevo a probar si la noche se había refrescado y no, definitivamente, hacía calor. La experiencia nos ha hecho ir sacando el paquete de tabaco antes
de abandonar la sala porque como te estires mucho, no llegas a ver empezar a Void Legion, que son los siguientes y últimos. Esta cita en Madrid de Voids Legion significaba la vuelta a casa tras 10 meses de gira. Venían a demostrar que ya no eran los mismos y lo hicieron. Se aprecia una evolución clara; más presencia y solidez, soltura en el escenario y ahora, se les ve disfrutar de lo que hacen brotar en la gente que, ahí abajo, viene a disfrutar de sus conciertos; atrás quedaron las prisas y precipitaciones; destaca el manejo que han adquirido del Groove, de los cambios de ritmo, las fases pesadas más
deathmetaleras, en que como buldozers crean ese muro de sonido grave, profundo y que paraliza por unos segundos los pechos de toda la sala, disfrutarlos al contemplar la comunión de las cabezas moviéndose al compás, tanto como de comprobar como los pit y los mosh surgen y son porque en el
escenario están ellos, haciendo lo que más les gusta hacer. Estos chicos se lo merecen y nosotros queremos estar ahí para compartirlo. Antes de la actuación de los Voids Legion, en un momento de impás, estábamos con Eme. contemplaba el escenario concentrado y al mismo tiempo nervioso por la responsabilidad. Una actitud muy profesional. Nos hablaba del trabajo que les había costado traer y colocar las luces, que después crearían ambiente durante la actuación y de la preocupación de que todo funcionara correctamente. En ese momento le dejábamos para que comiera algo y seguimos, a nuestras cosas. Todo auguraba lo que inevitablemente iba a suceder… ¡Un grandísimo éxtasis metalero!
Un buen rato después, empezaba el lío y antes que nada, hay que destacar que las luces hicieron su trabajo perfectamente, programadas por Mike (guitarra solista) y todo quedó rematadamente bien.
Así que sin más dilación… Comienzan los Voids Legion a repasar su primer y sorprendente larga duración con el que fue su primer single Burning the Foundation.
Shock por el cambio de tercio por el estilo. Esto es diferente. Es Death y brutal. Cuesta hacer el cambio de chip y todavía la sala permanece expectante. El segundo tema, se sucede al primero.
Suena Gateway to Oblivion y ya la gente empieza a desperezarse. Sí, esto va en serio y comienzan los primeros empujones que llevan un bolo interactivo en que el público empuja y gira como locos.
Los mosh y los circle pits se suceden y ya no van a parar. No hay bajas reseñables, tan solo algún tobillo torcido. ¡En la sala había ganas!. Comienza Shall We Fall. El estribillo hipnótico agarra de la pechera a todos los asistentes y el medio tiempo es bien llevado por la banda. esa losa de roca dura se acopla cómodamente sobre todos y empiezan las armonías de las guitarras. Disfruté sin más.
Llega el turno de Under the Weight of the Black Sky. Tiempo para las presentaciones, tomar aire y que aparezca el primer invitado, nada menos que el batería saliente de la banda, Victor pasando el testigo a su sucesor. Momento muy emotivo, por el buen rollo que hay en este “equipo”. Todo ello se
transmite a la pista y esta estalla. Ya no hay quién lo pare. Llega el turno de Flies and Flesh. Entra Disi de Deathsurrection. Vuelve a arrancar con fuerza la pista, porque las guitarras en este tema
dan mucho juego. La guitarra de Disi se complementa perfectamente con las de Eme y Mike y eso lo sentimos todos. Nos vamos acercando al final, porque Behold the Human Race se ha caído del set.
No hay tiempo. Los retrasos del comienzo son insalvables, pasamos directamente a Endless Years of Dispair. Arranca con su riff pegadizo, bien conocido porque se ha movido mucho el vídeo del tema. Vídeo muy cuidado en el que han invertido en visibilidad de la banda. Recoge hoy sus frutos.
Es momento para First Fragment of Soul la baladita de arrimar cebolleta (es broma), suena lenta, contenida hasta que se abre con una batería frenética que se relaja después y vuelve a arrancar en
cambios de ritmo que me gustan mucho. La gente pide Enter the void, y se concede el buen deseo y podemos disfrutar de esas fases lentas muy Death demoledoras que tan bien han llegado a
interpretar los Legion. El recital va a terminar. Suena Dogma. Sale el último invitado, Andrés, de Northbreaker a compartir con Carlos García las voces y el final apoteósico es un hecho, porque
este tema es muy grande, tanto que abre Awakening the Collapse y es una gran elección para cerrar la noche. ¿Cerrar la noche? no. de aquí no se va nadie sin al menos un bis, que ya ha habido
una víctima inocente de los apuros de reloj y es tiempo de retribución. Por fin, tras un descanso mínimo que se aprovecha para afinar perfectamente, el bis, y toca Behold the Human Race. No ha habido tiempo para más pero ya hemos sudado lo nuestro y lo del compañero y salimos a ver si la
noche, esta vez, si ha refrescado. No te voy a engañar, no mucho pero salimos más contentos y el calor importa un poco menos.
En resumen, hemos asistido a una noche muy bonita. Emotiva porque una banda joven ha pasado de promesa a realidad. Nos hablaban los otros días del mono de grabar y del vacío de no tener más
bolos a pesar del cansancio de los viajes, la promoción en todas las puertas de los conciertos, de tantas cosas… Seguro que pronto los tenemos de nuevo con más material que ofrecernos, a nosotros y a otros lugareños de fuera de nuestras fronteras, porque esto huele a banda en el concierto internacional. Esperaremos las noticias que ya irán cayendo. Han estado amparados por tres bandas que han conformado un espectáculo diverso, divertido y frenético. Yo quiero más noches así y hace falta que tú también, que las salas se “peten”, que haya calor y razones para que se programen más noches así y es que la razón de todo esto, eres tú.
Texto: Juan Carlos López Aguilar
Fotos: César Ruiz Banegas.