En 2008 tres todavía jóvenes amigos, embarcábamos rumbo a Hamburgo a nuestro primer Wacken. Era un pequeño sueño hecho realidad. Una locura que programamos sin pensarlo mucho. Echo cuentas y de eso hace ya 15 años. Mi vida ha cambiado y mucho desde entonces. Justo ahora hace diez años nos mudamos mi mujer y yo a estas tierras germánicas. Estas tierras que me han hecho tanto crecer profesionalmente como deprimirme cada invierno. Ahora tengo dos pequeñas que dan mucha guerra, pero que indudablemente me hacen el vivir lejos de mi casa mucho más llevadero; dan un propósito a todo el sacrificio que supone dejar atrás una vida, para empezar otra ¿Mejor?
Y creo que este año toca empezar la reseña hablando de ellas. Hablando de mi familia, que este año se ha venido a acompañarme en esta rareza mía que supone la peregrinación siempre que puedo al “Holy land” del metal. Así que este año me traigo a la valiente de mi mujer y a mis dos peques por primera vez. Se vienen a acompañarme en esta locura que supone vivir una semana en el festival de festivales.
Soy de la opinión de que la música tiene la capacidad de transportare en el tiempo. Recuerdas sensaciones, gente, incluso olores. Es como un álbum de fotos que llevas en la cabeza, esperando a que un tema o una banda que no escuchabas desde hace años, lo abra y te vuelvas a transportar en el tiempo.
Así que este año, con mis dos peques quiero hacer eso. Quiero que este Wacken 2023 sea no sólo su primer festival, si no que se quede grabado. Que lo recuerden siempre con cariño y que sea nuestra particular máquina del tiempo familiar.
Lo que sucede con los planes es que hay veces que se tuercen y este año parece que viene todo torcido. Desde antes de empezar el festival.
Barro
Este año ha empezado peor que mal. Después de semanas de lluvia hay mucha gente que parece que no va a poder entrar. Los campings están intransitables, y no pueden admitir más vehículos. El festival no se suspende, pero sí deja fuera a quien no haya podido llegar hoy.
El terreno está imposible y lo he comprobado de primera persona. Cuando te atascas en el barro, sólo queda esperar a un tractor a que te saque.
Al intentar entrar al camping se me atasca la caravana, y en lo que tardo en salir a pedir que me manden un tractor, ya tenía a mi mujer rodeada de reporteros de Bild:
No tardan en remolcarne y al poco en poner planchas para que pueda seguir entrando gente, pero llego tarde a Aneuma. Cuando por fin aparezco por el escenario, están tocando ya…
Sable Hills
El año pasado no los vi, pero este año he estrenado Wacken con los ganadores de la metal battle de 2022.
Death melódico muy sucio el que se gastan estos japoneses. Me han gustado mucho y entiendo perfectamente por qué ganaron el año pasado.
Han tocado sus buenos sesenta minutos y la verdad es que lo han dado todo. Me gusta cuando la energía del grupo contagia a los que estamos abajo y estos chavales lo hacen muy muy bien en ese sentido.
Me pongo de deberes para casa darle una buena escucha a su disco, que para mi se lo han ganado.
Phill Campbell and the Bastard Sons
Phill Campbell nunca fue el rey de la simpatía. Él siempre estuvo ahí, en su esquina al lado de Lemmy. Aquí con su grupo sigue tocando el mismo rock sucio y entre tema y tema de su banda, siempre toca algún clásico de motorhead.
Pero hoy tengo que destacar lo bien que se lo pasaron mis dos peques, que además las colaron y las dejaron saltar y disfrutar en el foso mientas sonaba el Ace of Spades.
Seguro que para ellas ha sido un momento inolvidable y con lo que me gusta a mí Motorhead, he de decir que se me caía la baba.
Doro
Doro no defrauda nunca. Cuarenta años tocando y un montón de invitados. Ha sonado impecable como siempre, parece que los años no pasan por ella. Qué gustazo verla encima del escenario con un temazo tras otro.
Me quedo con el momento Lemmy con el bueno de Phill, que venia de tocar en el W:E:T y Mikkey Dee tocando junto e ella el everything changes mientras las pantallas ponían fotos de Lemmy en blanco y negro.
Más barro
Termino la reseña del miércoles con el protagonista de este año. Así pintaba el infield antes de abrir por la tarde:
Se está haciendo muy duro moverse entre escenarios. Se te pegan los pies, y algunas zonas te hundes más allá de los tobillos. No es agradable ir de un escenario a otro, todo cansa mucho más de lo que ya en sí cansa Wacken.
En todo caso ha sido un día que sin ser intenso los pocos conciertos que he visto los he disfrutado un montón. Lo bueno si breve…
Hasta mañana!
Texto: Jose, el de Alemania. Fotos: Wacken / Jose