Como el verano pasado, Santillana del Mar ofrece un ciclo de conciertos gratuitos de blues del bueno en la plaza del ayto.
El artífice de este regalo es un tipo del pueblo que bebe, come y respira blues. A través de la lente de su cámara ha capturado las imágenes de toda la escena del colorido género afroamericano del sur. Todas las estrellas vivas de ese firmamento han posado para él desde escenarios de medio mundo, y con tantos kilómetros de carretera tiene amigos que trae al pueblo para que animen el cotarro y de paso se vendan mas souvenirs que falta hace.
Hoy tocó el trío catalán Wax&Boogie, con una frontwoman enérgica y con voz poderosa que consiguieron no sólo llenar la plaza sino levantar al público de sus butacas.
El escenario rodeado de piedras con tanta historia es un lujazo, y los turistas despistados van quedando atrapados a su paso por la plaza. Hasta un grupo de churumbeles de algún equipo deportivo se subió al escenario a cantar y animar el evento.
Sonaba de maravilla y el repetorio de clásicos nos trasladó a las calles de Nueva Orleans en los años 30. Eso sí, hubo un detalle que me descolocó por completo.
Yo entiendo que estos eventos cuestan dinero y todo patrocinio es bienvenido, pero en algunos momentos tuve la sensación de que iba a aparecer Nando Agüeros cantando viento del norte.
En el escenario, tras la cantante, había una pantallaka full hd 4k dolby sourround true colors proyectando un video de la consejería de turismo de cantabria que me sacaba de la calle bourbon st. y me llevaba a los valles pasiegos.
Que intentes hacer una foto de la moza dándolo todo con su vozarrón y detrás salga una imagen de unos sobaos… pues qué quieres que te diga… Lo mismo salían unas tudancas que unas quesadas recién salidas del horno de casa luca, y así no se puede.
Debe ser que como cantabria es infinita se mete en todas partes. Cuando venga Muse también les van a poner detrás ese publirreportaje?. Lo pasamos muy bien, y ya esperamos impacientes el próximo concierto.
Bravo por la iniciativa y enhorabuena a Álex por lo que le toca.
Texto y fotos: Pedro Ferrer.