50 AÑOS: Llega a Santander el mítico musical de Brodway con un montaje que respeta totalmente la escenografía y coreografías del original de 1957,
Ahora que estamos con lo del repaso de las décadas en el programa nos viene muy bien echar la vista atrás hacia este musical. No en vano, según la lista de discos más vendidos recopilada por Charlotte Greig para la colección “Los 100 discos más vendidos de los…” la banda sonora del músical haría el número 48 entre los más vendidos de los 50. Lo que nos da idea de su importancia.
El músical se estrenó en 1957 en el Winter Garden Theatre de Nueva York donde se hicieron más de 700 representaciones antes de salir de gira con él. Para quien no conozca la historia se puede decir que West Side Story es una actualización de Romeo y Julieta que tiene lugar al oeste de Nueva York durante los años 50. Los Montesco y los Capuleto son aquí sustituidos por dos bandas rivales, los Jets que son la típica banda de gamberros norteamericanos de cuando el swing comenzó a ser rock and roll, y los Sharks inmigrantes puertorriqueños que han llegado a los USA en busca de nuevas oportunidades. En medio de las reyertas entre las bandas rivales surge el amor entre María, la hermana del jefecillo de los Sharks y Tony un Jet hijo de un inmigrante polaco que ya ha madurado un poco y está intentado apartarse de la banda. Aquí están todos los clichés clásicos de las pelis de pandilleros de los cuarenta y los cincuenta mezclados de manera magistral con la obra de Shakespeare. Como solía decir una profesora de literatura que tuve en la universidad, las grandes obras nunca pasan de moda, porque hablan sobre los grandes temas que conciernen al hombre. Así, los textos de Sondheim para West Side Story siguen tan vigentes a dia de hoy como lo estuvieron a finales de los cincuenta.
En cuanto a la interpretación, todos los actores estuvieron impecables, como se podía esperar de un montaje de estas características, tanto como cantantes como bailarines, con una precisión de asustar. Lo mismo se puede decir de la orquesta, a la que tuvimos la ocasión de estar observando con detalle gracias a que desde nuestra ubicación se veia bien el foso. La partitura de Bernstein es ya muy rupturista, porque une los elementos clásicos del musical con música popular americana y con pinceladas de música contemporanea para los momentos de máxima tensión. Por ejemplo, fijaros en que es uno de los pocos musicales que no termina con el típico número de “todos los actores cantando”, si no que se va apagando hacia el silencio dejando una sensación un tanto extraña. Toda la historia va encaminandose hacia el final trágico y así, hasta los temas más animados o románticos como When You’re a Jet, María o America acaban teniendo un regusto bastante amargo.
Ha sido un lujo poder ver por fin West Side Story en España, y verlo tal cual, sin actualizaciones y sin traducciones extrañas. Creo que no llego a tiempo para recomendaros que vayais a verlo, aunque nunca se sabe, porque estas giras dan más vueltas de las que uno se piensa, así que si se os presenta la oportunidad no dudeis en comprar la entrada.
Crónica por Oskar Sánchez, fotos por West Side Story the Show.