Desde mediados de los sesenta, con la aparición en las islas británicas de THE JIMI HENDRIX EXPERIENCE y CREAM, el formato de power trio se ha convertido en la formación más emblemática dentro del género del Blues rock. Si bien inicialmente la respuesta estadounidense a CREAM fueron MOUNTAIN, la breve duración de este grupo y la aparición en 1971 del primer album estos tres (entonces no tan) barbudos de Texas acabó convirtiendo a ZZ TOP en el trio icónico del blues rock americano. Aunque la base de blues tejano y rock sureño ha sido una constante en la carrera de la banda, su sonido ha ido evolucionando y acercándose al hard rock o incluso al arena rock, especialmente en los ochenta. “Tres hombres”, aparecido en 1973, fue su tercer LP y es, con seguridad, uno de los trabajos más redondos y reconocidos de la banda. Aparte de ser el culmen de su etapa más orientada al blues, que habían ido perfeccionando de forma progresiva en sus dos primeras obras “The first álbum” y “Rio Grande mud”, también es el primer disco en el que inician su curiosa costumbre de poner a sus albumes títulos en español, que han repetido en múltiples ocasiones hasta su última publicación hasta la fecha “ La futura”.
En “Tres hombres” ZZ Top muestran ya de manera clara y depurada todas las claves estilísticas que les han convertido en una leyenda. Por un lado ya está completamente engrasada la granítica base rítmica conformada por Frank Beard y Dusty Hill. En ZZ Top no hay espacio para los largos desarrollos instrumentales y las demostraciones de virtuosismo de otros power trios, lo que no quiere decir que no sean grandes músicos, sino que su pericia está encaminada en aportar solidez y rotundidad a canciones cortas y concisas. Por encima, Billy Gibbons ofrece pinceladas de su talento como guitarrista, pero sin dar lugar nunca a la dispersión. Mientras, desgrana letras socarronas , otra de las marcas de la casa, sobre autobuses que no llegan, bolos en tugurios de mala muerte o burdeles.
En esta obra el grupo mantiene un pie anclado en la tradición, ya sea en esos solos cargados de blues de Gibbons, en magníficos riffs del mejor boogie con sabor a John Lee Hooker, o en esas letras vacilonas que cuentan historias a la mejor manera de la música popular. Una ejemplo es “Jesus just left Chicago”, uno de los mejores “blues” que ha escrito nunca el grupo, donde utilizan la imaginería religiosa, tan habitual en la música del sur de Estados Unidos y heredada de los espirituales y el góspel, con referencias al Mississipi, Chicago o a Muddy Waters, uno de los héroes de siempre de Gibbons. Pero, junto a estos elementos de raíz, coexisten cañonazos de puro hard rock setentero como “Beer drinkers and hell raisers”, tras cuya escucha, cobra sentido aquella declaración que parece ser dijo Lemmy Kilmister, afirmando que si no hubiera montado Motorhead le hubiera gustado ser el bajista de esta gente. ZZ Top saben ser contundentes y cañeros, y si no basta con este tema también puedes encontrar bases demoledoras en “Master of sparks” o “Precious and Grace” No faltan tampoco deliciosas baladas sureñas como “Hot. Blue and rightous” o rockanroles como “Move on down the line”.
El inicio del disco es aplastante, con otra de las composiciones clásicas de la banda “Waitin´for the bus”, y no bajan el pistón con “Jesus just left Chicago”, “Beer drinkers and hell raisers”, “Master of sparks”, y así sucesivamente. Por supuesto no se puede acabar esta reseña sin mencionar “La Grange”, un tema que, pese a haber sido explotado hasta la extenuación por todas las emisoras de rock del mundo, sigue sonando fresco con ese ritmo boogie que te atrapa y ese maravilloso cambio de tonalidad en el solo. Lo mejor que se puede decir de esta canción es que ha sobrevivido a la sobreexposición a la que le han sometido las radios e infinidad de grupos de versiones, y eso significa mucho.
“Tres hombres” es el disco que puso a esta “Little band from Texas”, como les gusta denominarse, en las grandes ligas, y ya no se han apeado de allí en casi 50 años. Poco más se puede añadir.
Oscar García del Pomar